Ayer escribí sobre lo difícil que es caminar por Madrid cuando llevas un carrito de niño. Adriana me comentó que a ella le pasan cosas parecidas ahora que está embarazada, y he pensado en contaros yo mi experiencia en este sentido.
En el transporte público…
Sólo cogí tres autobuses urbanos en todo el embarazo y, por supuesto, no se me ocurrió poner un pie en el metro. Recuerdo perfectamente cómo fueron esas tres veces porque me quedé un pelín impactada de la mala educación que tiene la gente.
Estareis conmigo en que cuando uno va sentado en el autobús y se sube gente, casi siempre miramos, por pura curiosidad. Muchas veces miramos sin mirar, pero siempre cotilleamos un poco, ¿no?. Bueno, pues cuando me subí yo esas tres veces nadie miraba, ¡NADIE!. El autobús repleto y todos, ¡qué casualidad!, mirándose las uñas, los zapatos, por la ventana, un libro, colocándose la ropa…Qué vergüenza tan grande…
La última de esas tres veces volvía de hacerme la curva de azúcar. Durante todo el embarazo tuve la tensión muy baja y aquella mañana me encontraba francamente mal: tantas horas en ayunas, la tensión por los suelos y muchísimas ganas de vomitar después de haberme tomado ese jarabe tan asqueroso. Cuando llegué a la parada del autobús estaba deseando sentarme pero nadie me cedió un sitio en el banco. Al subirme al autobús, la escena que os cuento, todo el mundo mirando para otro lado. El autobús se puso en marcha, a toda pastilla y dando tumbos mientras yo avanzada dentro a trompicones, con un mareo impresionante. Afortunadamente, cuando ya estaba llegando al final del autobús, un señor me vió y no sólo me cedió su asiento sino que me ayudó a subirme cogiéndome del brazo. No le puedo estar más agradecida, no le di un abrazo de milagro. ¡Qué asco me da comprobar la mala leche que tiene la gente, todos con su culo bien pegadito al asiento!.
Para colmo, no podemos decir que no se notara que estaba embarazada porque además de tener una tripa que no dejaba lugar a dudas, estábamos en verano, así que no había abrigos ni chaquetas ni pañuelos para esconderla. ¡No hay excusas que valgan!.
Después de aquella experiencia si tenía que salir de casa lo hacía en coche. Al poco tiempo dejé de conducir porque estaba siempre muy mareada y a veces me daban soponcios como para desmayarme, así que no era plan de coger el coche yo sola.
No quiero ni imaginarme lo que será para las embarazadas que vayan a trabajar en metro. Pobrecitas…
En otros sitios…
Vergonzoso también. Yo pensaba que las embarazadas despertaban ternura, pero qué va. La gente te empuja exactamente igual. Un día un tío me pegó hasta un codazo en la tripa. Qué lástima que fuera tan deprisa que no me dió tiempo a decirle nada.
Pero os voy a contar una experiencia que me dejó alucinada. Fui un dí a la clínica donde iba a dar a luz a hacerme las últimas pruebas, incluidas las pruebas para la anestesia. Estaba yo ya de unas 36 semanas, vamos, en la recta final. Subí a la zona de laboratorios y tuve que esperar. Había solamente tres asientos ocupados por una embarazada, su madre y una chica joven que no tenía ningún bombo. Ni la chica joven ni la madre de la embarazada fueron capaces de cederme el asiento. Me tuvieron los 15 minutos largos que estuve esperando de pie. Y no es que me sorprenda que dos mujeres no embarazadas no sean capaces de levantar sus culos para dejar que me sentará, lo que me deja de piedra es que una mujer embarazada no fuera capaz de decirle a su madre (una mujer con buen aspecto y no más de 60 años) que se levantara. Ah, y no cabe duda de que me vieron porque la zona para esperar era muy reducida.
Pero, como digo siempre, esta es la sociedad que tenemos. Una embarazada, poco mayor que yo, no es capaz de decirle a su madre que mueva el culo por otra embarazada. ¡Qué bonito, qué buen ejemplo le va a dar a sus hijos!.
En definitiva, que vivimos en un mundo de personas profundamente egoístas e insolidarias.¡Vaya sociedad que va a heredar mi niño!.
Este mi blog personal. Hace ya diez años que empecé a escribir sobre la increíble experiencia que la maternidad había supuesto en mi vida ¡y desde entonces aquí sigo!Soy autora del e-book "Cómo lograr un embarazo conociendo tu fertilidad", en el que reúno los conocimientos teóricos y prácticos que necesitas para entender tu ciclo menstrual, interpretar tus signos de fertilidad y utilizarlos para maximizar tus posibilidades de quedarte embarazada.Además de este blog que lees, soy co-editora de Comer con Gusto y autora de otros tres blogs: Pekeleke, mi web de literatura infantil, Miss Cosméticos, mi blog de belleza y Mochilas-Portabebés.es, sobre mochilas ergonómicas.
12 comentarios sobre “Una embarazada en "la jungla"”
Hola guapa, gracias por nombrarme en tu relato de hoy! Veo con tristeza que no en vano me cuido para que no me den una hostia en la tripa 🙁 Mañana me toca viajar en el bendito metro (por suerte viajo poco a madrid últimamente), pero ya lo tengo bien pensado al tema: como no me cedan el asiento me voy a parar yo delante de cualquier tío de mediana edad y se lo voy a pedir sin más, porque ya con 30 semanas no me aguanto mucho tiempo en pie, y no me pienso quedar sufriendo por la mala educación de esta gente. En fin, es lo que tú dices, vaya sociedad heredarán nuestros hijos… Besines.
Bueno darling, qué te voy a contar… Estuve en una reunión el viernes pasado: 20 asientos, entro y todos están ocupados, 12 hombres y 8 mujeres. Nadie se levanta (y eso que somos compañeros de trabajo!), a lo que una de las chicas más jóvenes se levanta y me cede el sitio. Los hombres, todos mirando a sus cuadernos…
A mí me pasaba exactamente igual! En todos los sitios cuecen habas. Me has recordado la odiosa prueba del azúcar, para mí, lo peor de todo el embarazo! Qué mal lo pasé, además tuve que hacerla tres veces! Oye, me encanta tu blog, Me he hecho mamacontracorrienteadicta. Un besazo
Hay veces q somos demasiado educados, por callarnos las cosas, en el bus, hay varios asientos con pegatinas q dicen q tienen prioridad ancianos, embarazadas… tendrías q haberte acercado y haber dicho, ¡perdona, estoy embarazada, ¿me dejas sentarme? Pero cuando algún día me toque, seguro q no lo digo y me bajaré del bus con las ganas!
A veces también pasa en el trabajo, incluso si es una empresa pública como la mía. A los casi seis meses de embarazo le dije al ginecólogo que me sentía agotada y que creía que estaba llegando a mi límite, sobre todo desde el punto de vista psicológico. Literalmente me obligó a cogerme la baja, no ya sólo por mi bien sino sobre todo por el de mi hija. Pues al comunicárselo a mi jefe me dijo que el embarazo estaba en el tripa y no en la cabeza y que ya estaba harto de las tonterías de las embarazadas. No le hizo caso peo he de reconocer que me dolieron sus palabras.
Ah, y en el metro yo nunca me he cortado, siempre que tenía ganas de sentarme se lo decía a alguien con pinta de sanote, que si le importaba dejarme su sitio.
Yo cuando no me cedían el asiento en el metro me colocaba frente al sitio reservado para embarazadas y minusvalidos (el que tiene la pegatina encima) y miraba continuamente al que estaba en el, hasta q se sentía mal y me dejaba sentarme.
@Vario: Estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo suelo ser de cabrearme y decir las cosas, pero a veces me cansa mucho tener que discutir con la gente y me callo. Esto me ha recordado que nunca fui capaz de hacer uso de las cajas para embarazadas que hay en algunos supermercados: nadie me cedía el paso y yo tampoco me atreví a solicitarlo nunca.
@Naia: Tremendo lo que te dijo tu jefe. Aunque, por desgracia, no me sorprende.
@Marisa: Suele ser la mejor estrategia, aunque algunos tienen una gran capacidad para aguantar que les mires sin inmutarse.
IGUALDAD DE GENERO No que hombres y mujeres son iguales…si nomas cuando les conviene son mas delicadas mujercitas…aparte ni que uno les hiciera el huerco si al mundo no le falta mas población…irresponsables por seguir proliferando la especie
La verdad es increible que hayan gente como @Enrique. Una cosa es igualdad de posibilidades y otra muy pero muy distinta es que a alguien con una condicion particular (en este caso embarazo, pero bien podria ser un minusvalido) no se lo trate como es debido o se lo menosprecie como lo hace Enrique. No seas ignorante, ya quisiera verte a ti con una panza embarazado, con nauseas, sintiendote mal y que te digan que sos "delicado" por no bancartelo. Que los niños tienen padres, no se hacen solos ni con una mujer solamente, por lo que en todo caso si vas a decir irresponsable a alguien, dilo a la pareja (aunque no creo que lo sean si fue una decision tomada con calma pero eso es otro tema). Saludos
Es que la igualdad no consiste en tratar a todos por igual, sino a los iguales como iguales y a los desiguales, como desigules. Y una mujer embarazada merece un trato especial. Yo a personas como Enrique sólo les deseo que el día que estén enfermos y necesiten ayuda todo el mundo pase de ellos, es triste, pero a veces es la única forma de que se den cuenta de lo que duele la insolidaridad cuando uno es el afectado.
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Hola guapa, gracias por nombrarme en tu relato de hoy! Veo con tristeza que no en vano me cuido para que no me den una hostia en la tripa 🙁
Mañana me toca viajar en el bendito metro (por suerte viajo poco a madrid últimamente), pero ya lo tengo bien pensado al tema: como no me cedan el asiento me voy a parar yo delante de cualquier tío de mediana edad y se lo voy a pedir sin más, porque ya con 30 semanas no me aguanto mucho tiempo en pie, y no me pienso quedar sufriendo por la mala educación de esta gente. En fin, es lo que tú dices, vaya sociedad heredarán nuestros hijos… Besines.
Bueno darling, qué te voy a contar… Estuve en una reunión el viernes pasado: 20 asientos, entro y todos están ocupados, 12 hombres y 8 mujeres. Nadie se levanta (y eso que somos compañeros de trabajo!), a lo que una de las chicas más jóvenes se levanta y me cede el sitio. Los hombres, todos mirando a sus cuadernos…
A mí me pasaba exactamente igual! En todos los sitios cuecen habas. Me has recordado la odiosa prueba del azúcar, para mí, lo peor de todo el embarazo! Qué mal lo pasé, además tuve que hacerla tres veces!
Oye, me encanta tu blog, Me he hecho mamacontracorrienteadicta. Un besazo
joeer! la gente es lo peor!yo xq ya no voy en bus que sino…ojalá todos leyesen tu blog, jejeje
@Adriana: Mañana me cuentas qué tal te ha ido en el metro, ¿vale?.
@MLD: Increíble me parece esto que me cuentas. Qué poca vergüenza tiene la gente!!.
@LAKY: Muchas gracias, me alegra muchísimo que te guste mi blog.
@PATRI: Pues ójala todo el mundo leyera mi blog, sí, jajajajaja.
Hay veces q somos demasiado educados, por callarnos las cosas, en el bus, hay varios asientos con pegatinas q dicen q tienen prioridad ancianos, embarazadas… tendrías q haberte acercado y haber dicho, ¡perdona, estoy embarazada, ¿me dejas sentarme?
Pero cuando algún día me toque, seguro q no lo digo y me bajaré del bus con las ganas!
A veces también pasa en el trabajo, incluso si es una empresa pública como la mía. A los casi seis meses de embarazo le dije al ginecólogo que me sentía agotada y que creía que estaba llegando a mi límite, sobre todo desde el punto de vista psicológico. Literalmente me obligó a cogerme la baja, no ya sólo por mi bien sino sobre todo por el de mi hija. Pues al comunicárselo a mi jefe me dijo que el embarazo estaba en el tripa y no en la cabeza y que ya estaba harto de las tonterías de las embarazadas. No le hizo caso peo he de reconocer que me dolieron sus palabras.
Ah, y en el metro yo nunca me he cortado, siempre que tenía ganas de sentarme se lo decía a alguien con pinta de sanote, que si le importaba dejarme su sitio.
Yo cuando no me cedían el asiento en el metro me colocaba frente al sitio reservado para embarazadas y minusvalidos (el que tiene la pegatina encima) y miraba continuamente al que estaba en el, hasta q se sentía mal y me dejaba sentarme.
@Vario: Estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo suelo ser de cabrearme y decir las cosas, pero a veces me cansa mucho tener que discutir con la gente y me callo. Esto me ha recordado que nunca fui capaz de hacer uso de las cajas para embarazadas que hay en algunos supermercados: nadie me cedía el paso y yo tampoco me atreví a solicitarlo nunca.
@Naia: Tremendo lo que te dijo tu jefe. Aunque, por desgracia, no me sorprende.
@Marisa: Suele ser la mejor estrategia, aunque algunos tienen una gran capacidad para aguantar que les mires sin inmutarse.
IGUALDAD DE GENERO No que hombres y mujeres son iguales…si nomas cuando les conviene son mas delicadas mujercitas…aparte ni que uno les hiciera el huerco si al mundo no le falta mas población…irresponsables por seguir proliferando la especie
La verdad es increible que hayan gente como @Enrique. Una cosa es igualdad de posibilidades y otra muy pero muy distinta es que a alguien con una condicion particular (en este caso embarazo, pero bien podria ser un minusvalido) no se lo trate como es debido o se lo menosprecie como lo hace Enrique. No seas ignorante, ya quisiera verte a ti con una panza embarazado, con nauseas, sintiendote mal y que te digan que sos "delicado" por no bancartelo. Que los niños tienen padres, no se hacen solos ni con una mujer solamente, por lo que en todo caso si vas a decir irresponsable a alguien, dilo a la pareja (aunque no creo que lo sean si fue una decision tomada con calma pero eso es otro tema).
Saludos
Es que la igualdad no consiste en tratar a todos por igual, sino a los iguales como iguales y a los desiguales, como desigules. Y una mujer embarazada merece un trato especial. Yo a personas como Enrique sólo les deseo que el día que estén enfermos y necesiten ayuda todo el mundo pase de ellos, es triste, pero a veces es la única forma de que se den cuenta de lo que duele la insolidaridad cuando uno es el afectado.