Lactancia materna (prolongada) durante el confinamiento
He conseguido superar el estado de shock por todo lo que está pasando para escribir sobre algo que seguro que nos preocupa a muchas: cómo está siendo nuestra lactancia materna durante el confinamiento.
Lactancia materna durante el confinamiento
Estamos al borde ya de seis semanas de confinamiento (nosotros lo comenzamos antes de la declaración del estado de alarma) y los efectos sobre los niños son muy claros.
Mi Tercera comenzó este aislamiento con 22 meses y va a cumplir dos años en los próximos días. Sin duda alguna es la que más está sufriendo de los tres.
Ha pasado por varias fases:
- Los primeros 15 días fueron fatales porque lloraba abrazándose a la puerta o al zapatero, se ponía el abrigo, la bufanda y el gorro y no podíamos asomarla a la ventana porque se ponía muy nerviosa.
- Después vinieron unos días de pseudo-aceptación, en los que aprendió una historia sobre un bichito que hay en la calle y dejó de pedir salir. Igualmente teníamos que esconderla para que el padre de las criaturas pudiera sacar al perro pero digamos que se resignó. Entre las videollamadas con los abuelos y amigos de sus hermanos mayores y el salir a aplaudir a las 20h (su mejor momento del día) parecía que lo iba llevando.
- Pero esa fase duró poco y ahora está en otra más preocupante. Lloriquea constantemente, desde que se levanta. Tiene menos interés en jugar, no puede estar conmigo si no es mamando, tiene una necesidad tremenda de succión (si no es teta, de lo que pille) y duerme cada vez peor (sí, siempre pueden dormir peor). El empeoramiento del sueño lo apreciamos desde el primer día ya que dejó de hacer la siesta pero las noches van de mal en peor ya que ahora comienza a tener miedos que antes no tenía, por ejemplo de las sombras que ve en la habitación, y tiene que dormir pegada a mi completamente.
Nuestra lactancia materna durante la pandemia de Coronavirus SARS-CoV-2
La lactancia es una fuente de consuelo, cariño y seguridad. Así que ahora más que nunca lo necesita muchísimo. Probablemente nunca antes los niños necesitaron tanto amor y seguridad como la que ahora mismo debemos darle los padres.
Esto quiere decir que aquella bebé que siempre he dicho que no era tetadicta, ahora sí lo es.
Cuando está conmigo, todo lo quiere hacer con la teta en la boca. Algunas veces, cuando está fatal, lo único que quiere es que nos sentemos en el sofá a tomar la teta y mirar al infinito. Otras veces quiere dibujar, pero con la teta en la boca. Ver canciones, con la teta en la boca. Mientras cocino quiere que le de la teta, subida en su taburete. Aplaudir a las 20h, con la teta en la boca. Y así hasta el infinito.
La situación de por si es muy complicada para todos: son muchísimos días de encierro, una niña que estaba acostumbrada a pasar 4-5 horas diarias en la calle todos los días de la semana, cinco seres humanos en un espacio muy pequeño sin balcón ni terraza ni nada de nada y mucho estrés tanto laboral como de las tareas del colegio de los mayores… y eso por citar solo algunas de las cosas que influyen en cómo estamos por aquí.
Así que soy la primera que reconozco tener una empanada mental importante y que me debato entre el shock, la ansiedad, el enfado, la aceptación y la incertidumbre. Salvo momentos de mucho agobio, lo voy llevando. Intentamos que la niña pase cuanto más tiempo con su padre mejor, porque con él sí que quiere jugar. Y con él no se acuerda tanto de la teta. Pero no es fácil.
La crisis de lactancia de los dos años
No pierdo de vista que este drama de la covid-19 ha llegado justo para solaparse con el momento de la típica crisis de lactancia de los dos años.
Quizá con la Peque hubiera sido diferente si no estuviéramos confinados pero está bastante claro que se ha juntado todo.
La crisis de la lactancia a los dos años es una gran desconocida porque de la lactancia materna prolongada se habla poquísimo. Pero es muy muy común. Es una especie de aDOSlescencia. Los niños descubren que pueden ser un poquito autónomos y dejar de ser bebé es aterrador. Descubren que pueden decir que NO y que mamá se puede enfadar y eso es aterrador. Normalmente son varias semanas en las que los niños intentan ser de nuevo bebés muy pequeñitos, pidiendo teta a todas horas y llorando muy amargamente si mamá no se la da de inmediato.
La Tercera hace cosas súper graciosas porque, literalmente, se pone en posición de recién nacido para que le de la teta así, hace soniditos de bebé o quiere que la envolvamos haciendo un paquetito cuando la sacamos de la ducha.
En las circunstancias en las que nos encontramos no tengo ni idea de cuánto puede durar esta fase porque mi niña está gestionando dos crisis, la suya por edad y la del coronavirus.
Como tantos otros niños, poco a poco tendrá que salir a una realidad muy diferente y no sé qué nos espera. Todos esos cambios provocan inseguridades de modo que la teta siempre será refugio. Creo que va para largo porque esta situación de película de terror que vivimos también va para largo.
¿Cómo sobrellevar la alta demanda de lactancia durante el confinamiento?
Yo te hablo de una niña que tenía 22 meses cuando se declaró el estado de alarma. Pero si tienes un bebé más pequeño o más mayor es probable que estés parecido. En serio, aunque te lo parezca, no estás sola.
Obviamente la lactancia materna durante el confinamiento es algo desconocido, un camino que ninguna hemos transitado. Estamos todas igual.
A mi me ayuda la experiencia. Mis tres años y medio de lactancia con el Mediano fueron muy intensos y me dejaron mucho poso. Con ella he aprendido cosas nuevas, como dar el pecho a un bebé que no es tetadicto. Al final son más de cinco años dando de mamar y si algo desarrollas es la capacidad de ponerte en la piel de tu hijo para darle lo que necesita.
También me ayuda estar en un momento en el que me siento muy bien con el camino que he tomado en mi vida. Cuando ocurre una catástrofe es inevitable así pensar en cómo es tu vida y yo no puedo estar más feliz de habérsela dedicado a mis hijos. Te decía que eso me ayuda porque estoy feliz en el aquí y ahora y si mi niña necesita la teta 24 horas al día pues eso es lo que tendrá. Y con la experiencia ya vivida, de un tetadicto que se destetó sin presión alguna, se de sobra que no es para siempre.
Si necesitas ayuda con tu lactancia materna durante el confinamiento, no dudes en buscarla. Ahora incluso más que antes hay muchos profesionales que pueden ayudarte sin salir de casa. Busca redes de apoyo online, somos muchas las mamás que necesitamos conectar con otras afines.
Te mando toda mi energía positiva para llevarlo lo mejor posible. Ojalá todo esto pase pronto.
Cuídate mucho, daos mucho amosh, como dice mi hija 😉
PD: Ojalá estar dando el pecho en un sitio tan guay como la mamá de la foto, ¿verdad? La foto es de willsantt.
Vengo pasando por una crisis personal arrolladora y encontrar este pedazo de blog me ayuda bastante a mi psique emocional…mucho me estuve preguntando si vale la pena darle siempre que quiera la teta, que porqué la pide mucho más seguido y no suele jugar tanto conmigo, solo teta. Que si estaba haciendo bien, que si esto y lo otro. Estoy muy agradecida, gracias!! De corazón, por tomarte el tiempo y energía, abrazo y buenas vibras pa ti también
Hola.
A mi me ha pasado lo mismo con mi pequeño de poco más de 2 años. Antes del confinamiento iba a la escuela infantil y cuando me veía por la tarde había veces que se acordaba de la teta y otras que no. Durante el confinamiento, al tenerme todo el día con él era una barra libre de teta (cada 20 minutos más o menos, peor que un bebe recién nacido). Esto me agobió bastante, yo teletrabajando, hacerme cargo sola en casa del mayor de 4 años y de él, hacer las tareas del cole del mayor y todo con la teta fuera. Así que me planté, le dije que la teta solo para dormir, así que me tumbo con él antes y después de la siesta y por la noche y las veces que me llame durante la noche.
Al principio me pedía cada poco tiempo y yo le decía que no, pero ahora directamente me dice que tiene sueño para que le de teta y si le digo que no es hora de dormir lo acepta.
Ha sido una decisión dura en un momento duro, pero considero que es la mejor que podría haber tomado.
Un saludo