Barreras arquitectónicas.

Hace poco hablé de lo difícil que es caminar por Madrid. Y donde digo Madrid digo cualquier ciudad española, que no es patrimonio exclusivo de la capital ser una ciudad anti-niños.
Aunque no me sorprenda, sí que me molesta descubrir cada día nuevas barreras. También me molesta conmigo misma, porque he tenido los ojos vendados a una verdadera vergüenza que toleramos a nuestros políticos legislatura tras legislatura. No quiero ni pensar cómo será la vida de una persona que vaya en silla de ruedas, la cantidad de cosas que se quedarán sin poder hacer, simplemente, porque es físicamente imposible. Con lo fácil que sería introducir mejoras tan simples como rampas, bordillos más bajos…
Hoy quiero contaros una situación que me pareció el colmo de los ridículos, porque es achacable a una empresa privada. Que el Ayuntamiento sea ajeno a todas las barreras que existen en la ciudad, vaya, pero que una empresa privada tenga unas instalaciones tan pésimas…¡¡¡Alucino!!!.
Ayer por la tarde quedé con una amiga en el centro de Madrid. Podía haber intentado aparcar en la calle, pero como iba sola con el niño (y además era la primera vez), pensé que sería más cómodo aparcar en un parking privado. El primer sótano estaba completo, así que dejé el coche en el segundo. Salgo del coche, monto la silla, subo al niño y me dirijo al ascensor. Oh, ¡sorpresa!. El ascensor sólo sube hasta el sótano -1. Es decir, no hay forma de acceder a la calle sin subir unos 25 escalones.

Ante mi estupor, volví de nuevo al aparcamiento y vi a un hombre trajeado (usuario habitual, pensé). Perdone, ¿no sabrá usted si hay algún ascensor que suba hasta la calle?. Pues, ¡estoy casi seguro de que no hay ninguno!.

Afortunadamente, este hombre tan amable cogió la silla de mi hijo por delante mientras yo la levantaba de detrás y juntos subimos los escalones hasta la calle, mientras me comentaba que el tenía una nieta de la edad del mio y que no era la primera vez que le pasaba una cosa así.

Conclusiones:

  • De nuevo, una grata sorpresa al descubrir a una persona tan amable en un Madrid que cada vez encuentro más hostil. Gracias, señor anónimo.
  • Por si fuera poco, me cobraron 5.10 euros por dos horas de parking. A la llegada necesité ayuda  para salir a la calle y a la vuelta al coche tuve que bajar a toda leche por la rampa de los coches para poder entrar. Lamentable. No tengo calificativos. Si lo hubiera dejado en la calle me hubiera costado menos dinero y encima no habría tenido problemas de accesibilidad. ¡Una y no más!.

Mamá (contra) corriente

Este mi blog personal. Hace ya diez años que empecé a escribir sobre la increíble experiencia que la maternidad había supuesto en mi vida ¡y desde entonces aquí sigo!Soy autora del e-book "Cómo lograr un embarazo conociendo tu fertilidad", en el que reúno los conocimientos teóricos y prácticos que necesitas para entender tu ciclo menstrual, interpretar tus signos de fertilidad y utilizarlos para maximizar tus posibilidades de quedarte embarazada.Además de este blog que lees, soy co-editora de Comer con Gusto y autora de otros tres blogs: Pekeleke, mi web de literatura infantil, Miss Cosméticos, mi blog de belleza y Mochilas-Portabebés.es, sobre mochilas ergonómicas.

6 comentarios sobre “Barreras arquitectónicas.

  • el 30/01/2010 a las 18:06
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    Es una vergüenza que pasen estas cosas, pero tristemente no parece que vayan a ponerle situación nunca -.-

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  • el 30/01/2010 a las 23:33
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    Me has dejado perpleja!!! Es que eso no pasa ni en los parkings de mi pueblo…Menos mal que conseguiste ayuda para subir…

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  • el 31/01/2010 a las 21:25
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    Es alucinante… una auténtica vergüenza que sigan pasando estas cosas… al final, lo único que consiguen es que no vuelvas!

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  • el 01/02/2010 a las 10:47
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    Um…. quién será esa amiga???? 😉
    La verdad es que es alucinante, yo todavía sigo flipando con el tema!!!
    Más de 5 euros por un rato???? El próximo día pido que te dejen aparcar en una plaza de visitante de la oficina, a ver si me hacen el favor… qué barbaridad!

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  • el 22/04/2011 a las 16:00
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    Es horrible!! La primera vez que salí con mi hijo a Madrid centro lo hice en Renfe y no te imaginas qué odisea. Como hay que subir escalones para acceder al vagón y me daba pánico que las puertas pudieran cerrarse con el carrito en medio (¡sólo de pensarlo se me ponen lo pelos de punta!) decidí meter al bebé en una mochilita y llevar el carro vacío pensando que algún alma caritativa me ayudaría a subirlo al vagón. ¿sabes quien me ayudó? ¡Una chica embarazada! Entre las dos subimos el carrito porque a mí sola, con el bebé en la mochila, me era imposible.

    Y cuando llegué a la estación una locura para buscar un ascensor. Dí más vueltas que una peonza!

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  • el 22/04/2011 a las 17:28
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    Silvia, mi hijo tiene 18 meses y pico y todavía no hemos ido en transporte público con él. Y espero evitarlo hasta que no necesite ir en silla porque, francamente, me da pánico.

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