Alimentación con dos años
Hace unos días he terminado (ya me vale) el album del bebé de mi hijo, que inicié cuando estaba embarazada y poco a poco he ido completando después. Me ha gustado muchísimo releer algunas cosas como, por ejemplo, cómo fue su alimentación desde el nacimiento, la introducción de los primeros alimentos, etc. Pero como esa hoja llega sólo hasta el año y ya no quedaba hueco, me apetecía recoger cómo se alimenta ahora que tiene dos añitos, pues ha habido algunos cambios.
Comilón nunca ha sido, en eso ha salido a su padre, comer no es algo que le entusiasme. Pero, a pesar de ello, todos los alimentos que iba probando los acogía con entusiasmo y puedo decir que comía una buena cantidad del puré que tocara cada día, incluso el de fruta. De hecho, siendo muy delgadito como siempre ha sido, cuando empezó a tomar algo más que leche se le notó, como dirían las abuelas, más hermoso, más rellenito. La introducción de los alimentos sin triturar fue también un éxito, incluso le gustaba más así que en puré y comía sin problemas con diez meses cualquier cosa que le pusieras: jamón york, tortilla, croquetas, pescado a la plancha… Esto llevó a que pronto no quisiera saber nada de los purés, en torno al año empezó a rechazarlos rotundamente.
Y aquí es cuando por una parte todo se hizo más fácil y, por otro, todo se complicó. Poder salir de casa sin tener que llevar un puré resultaba comodísimo, aunque hubiera que tomarse la molestia de buscar algo que pudiera comer. Pero el hecho de comer comida de adultos hizo que, como es lógico, empezara a probar cosas muy ricas y sabrosas y éstas empezaran a gustarle mucho más que otras bastante más sanas. Poco a poco se fue decantando por todas esas comidas y abandonando las más insulsas, de modo que hemos llegado a los dos años y dos meses actuales en los que, cuando nos preguntan que qué tal come, no tenemos más remedio que decir regular.
Tristemente, de la gran variedad de alimentos que antes comía ahora no quiere saber nada de casi ninguno. Ha rechazado el pescado a la plancha, con lo que le gustaba el lenguado y el gallo; ha rechazado la tortilla salvo que sea de patata; no quiere saber nada de las lentejas ni de los garbanzos… También ha perdido el interés por probar cosas nuevas aunque, a cambio, ha terminado cogiéndole el gusto a alimentos que antes no soportaba, como las aceitunas.
¿Qué come ahora?. Arroz, macarrones (cada vez con menos entusiasmo), carne a la plancha o empanada, sopa, croquetas y empanadillas, embutido curado, pizza, palomitas de maíz y, la gran estrella: patatas fritas. La fruta ni olerla, si acaso en algún potito industrial. La verdura… quizá las judías verdes pero según el día, a veces se come un platito minúsculo y otras veces ni las prueba. Legumbres nada. Pescado casi nada, ni siquiera las varitas de merluza empanadas le interesan mucho. De postre, yogur o Actimel.
El desayuno, por más que lo he intentado, sigue consistiendo en un biberón de cereales. No le gustan las galletas, no le gustan los bollos ni caseros ni industriales, no le gustan las tostadas, no le gusta la leche sola, no le gusta la papilla… O eso o no desayuna, no hay otra. Bueno, porras sí desayunaría pero no parece muy sano.
La merienda se la suele saltar. Como no quiere nada dulce ni sandwiches ni fruta ni embutido cocido, como mucho se toma un yogur o un Actimel y punto. Que en el fondo, casi mejor, porque el día que merienda bien, tengo claro que no cena.
Y es que además juega con una baza importante a su favor: que no tiene hambre. Como digo, ha salido a su padre. Si un día no come, pues no pasa nada. Y cuando digo no come es no come. Llega a la mesa, ve lo que hay, lloriquea, dice que no, aparta el plato y se queda sin comer; quizá, como mucho, un yogur. Así puede estar días enteros, hasta que en el algún momento sí tenga hambre o lo que toque le apetezca ese día.
Reconozco que preocupados no estamos, aunque mis padres se pongan enfermos cada vez que le pillan en un día de esos de no comer nada. Tenemos claro que si el niño no come será que no tiene hambre porque cuando la tiene bien que reclama la comida. Y pienso que igual que ha tenido fases de comer de todo y en una buena cantidad, terminaremos pasando por esta fase más inapetente, quizá también cuando supere la negatividad propia de los dos años, que ya se va notando y mucho. En cualquier caso, la comida me parece un momento del día muy importante como para pasarlo discutiendo e intentando cebar a un niño que no tiene apetito y que no va a estar rellenito nunca en su vida. E igual que yo tampoco aprecio la fruta ni apenas la verdura y odio profundamente el marisco, entiendo que el niño terminará teniendo sus propios gustos y habrá que respetárselos.
Yo tengo un niño raro al que no le gusta el tomate, asi que la pasta en sopa o con ver)dura (ayer la hice con la salsa de pollo asado y trozos de pollo asado , otro dias con calabaza), el arroz en paella o con verduras, ni pizza ni empanada¡¡ de fruta ultimamente no salimos del kiwi y la naranja, como mucho pera si esta maduro y medio platano.. eso si el kiwi lo come con cucharita todas las meriendas (y lo bien que caga el solito)..
No te creas, a mi hijo el tomate frito le ha empezado a gustar hace bien poco, ahora nos pide hasta ketchup! jajaja Lo del kiwi me ha encantado, qué lujo!!
A mi tb me parece importante no forzar, ya volverá a comer más, esas rachas son normales y respetarlo es lo mejor, bajo mi punto de vista, ya volverá a comer más!
¡Eso espero! Y, si no, pues será de esos niños con patitas de alambre jaja
MIs nenes comen estupendamente afortunadamente… pero yo soy de las que opino que el día que no comen es porque no tienen hambre o bien porque están malitos y tampoco me llevo un disgusto por ello… también suelen ser rachas y creo que lo mejor es no forzar para que no vean en la comida una obligación…
Es que luego además hay niños y niños pero el mío es de que los que por la fuerza ni de coña y como insistas al final le coge asco y entonces sí que no consigues nada en semanas. Es mejor que coma lo que le apetezca y ya iremos viendo cómo evoluciona la cosa, que es muy pequeño todavía.
Yo con mi peque estoy notando que con la llegada de los dos años se está volviendo bastante inapetente. Antes era poner la mesa y estar deseando comer y ahora pasa olímpicamente del tema la mayoría de los días… El otro día, pensando en el tema, me acordé de que con el mayor los dos años también fueron bastante moviditos con respecto a las comidas, así que… a lo mejor es una etapa por la que tienen que pasar todos… O, por lo menos, pensando en eso yo me consuelo. 😉
Eso pienso yo, me alegra que estemos de acuerdo aunque sea porque tenemos las mismas «movidas» en las comidas jajajaja Los dos años es que son alucinantes, yo no me lo creía hasta que no lo he visto por mis propios ojos!!!
El mio la verdad es que come estupendamente siempre que sea puré. Tiene 16 meses y no hay forma de que lo deje, un par de bocaditos de sólido y ya. Le encanta el pan pero a los 2 mordisquitos lo deja. He intentado darle sopita, arroz, tortilla, y nada, 2 cucharadas y la tercera la escupe. A mi me preocupa un poco aunque como le veo sanote y bien alimentado intento no darle importancia.
Está muy bien, los purés tienen muchísimo alimento. Y los alimetntos a trocitos ya le irán gustando, yo tampoco me preocuparía.
La mía la verdad es que come de todo, ya sea en puré o en comida de mayores, pero en cantidades casi ridículas. Ayer se cenó 1/2 salchicha untada en tomate frito. Y medio petitsuis. Y ya. Nosotros le damos el biberón de por la mañana y el de por la noche, que esos sí que se los toma más o menos bien, para que tenga algo en el cuerpo, que si no… Y así con todo. Merienda medio plátano, o media mandarina… un trocito de pan con mantequilla (1/4 de tostada, más o menos). Si es que es un Pollito, qué se le va a hacer. Nos lo tomamos unos días mejor y otros peor. Eso sí, el trocito que se come, se lo come contenta y con ganas, que ya es algo.
Pues está claro que es que no necesita más. Mi hijo acaba de cenar una croqueta y un mordisco de pan. Pienso que si no ha cenado cuatro croquetas pues será que no le apetecían, porque en el plato estaban disponibles. Algo es algo!.
Por supuesto que obligandole no consigues nada, salvo mortificarte a ti y a él.
Hay niños que en sus primeros años comían super poco y pasando el tiempo se han convertido en auténtico devoradores de neveras…
Creo que en estos aspectos la genética también influye.
Sí, eso es verdad. Ya veremos. Mi marido y su hermana han sido comedores malos y sin embargo de mayores mejoraron aunque en general son de poco comer, quizá haya salido a esa parte de la familia porque yo como como una lima jajaja
Pues el mío está como el tuyo, el día que lo que le ponemos no le apetece se niega a comer, pero tengo que puntualizar que no es que no coma porque no tenga hambre o porque esté malo sino porque no le da la gana, porque si después de 2 horas diciendo que no quiere comer le hago unos fideos chinos que le encantan, se come 2 platos.
Y lo malo es que las cosas que le gustan son muy limitadas y encima como sólo come 4 cosas pues que pasa? que al final se cansa también de eso y hay semanas que si por él fuera se saltaría todos los días la comida, así es que yo sigo esperando el día en que empiece a probar nuevos alimentos, porque mi hijo nunca ha sido de probar nada, y vayamos incrementando poco a poco su menu.
¡Qué complicado nos lo ponen a veces! Así que fideos chinos, a mi me encantan, ¿cómo se los pones?.
Le separo unos pocos de los que nosotros nos comemos y se los corto con la tijera para que los pueda comer mejor, pero a veces los coge del plato con la mano y se los mete directamente, le encanta lo de sorber los fideos
Pero ¿haces de esos fideos de Maggi que ya vienen con sus polvitos o compras fideos de arroz y se los haces tu caseros?
En casa los solemos comprar de los de mezclar los polvos, no son de maggi pero no te se decir la marca, pero fuera los ha comido también de los que hacen en el chino y se los come igual de bien.
Aha, pues mira, lo mismo un día pruebo. Vamos, que los polvitos son guarrería pero de vez en cuando…
Has descrito a mi hijo. Hasta hace nada de tiempo mi peque se tomaba sus platazos de verdura (judías verdes con jamón, espinacas rehogadas, brócoli…) sin rechistar, ¡y hasta pedía más!. La fruta nunca ha sido muy amante pero los potitos industriales sí los toleraba y el pescado le encantaba, tanto a la plancha como al horno o en guiso.
Ahora no quiere ni probar nada de estas tres cosas.
Mi secreto es que se lo camuflo con otras comidas que sí toma bien. En su caso las letenjas le encantan así que en un plato de legumbres le suelo meter una buena ración de verduras. La pasta la devora con los ojos cerrados ásí que aprovecho para hacérsela con pescado. Y la fruta se la doy en forma de postres azucarados como manzana asada, plátano con dulce de leche o bizocho de frutas.
Prueba a hacer algo parecido. Estoy segura de que llegará un momento en que descubra «mi secreto», pero mientras tanto me salgo con la mía 😉
No te creas que no lo intento pero el tío escarba en los platos y se come lo que le interesa. Por ejemplo, en las lentejas es capaz de comerse el chorizo y dejar el resto 🙂
No sé, me tiene un poco agotada el tema, estoy falta de ideas y me ha salido un niño bien duro de mollera.
¡Te entiendo! Se hace cuesta arriba cuando son tan testarudos con la comida…
Bueno, ya nos iremos pasando ideas, que seguro que alguna nos funcionará.
Sí, eso seguro. Mira, ayer tuvo el día bueno y hoy de momento no va mal. Depende, como dice la canción jajaja
Mi niña no quería ni ver las espinacas; ahora se las echo en la tortilla francesa y le digo que a veces las gallinas ponen huevos verdes. No me gusta mentirle y algun día me acabará pillando, pero mientras tanto come muchas espinacas!
Es tan malo soltarles bolas si con eso se llenan el cuerpo de vitaminas y fibra, y pierden el miedo a lo verde?
En general no me gusta mentir pero esto son mentirijillas piadosas. Si colara yo también probaría… pero de momento no estamos en esa fase.
Igualito que mi hija. Me pregunto si con el aumento de edad de alguna forma creemos que hay que incrementar proporcionalmente la cantidad de comida que les ponemos… porque es que hasta el año o año y medio crecen muy deprisa, luego tienen que comer mucho. A partir de ahí ya no crecen tan rápido, luego la necesidad de comer baja y en algunos casos nos da la sensación de que hasta desaparece!
Y sí, yo me sé la teoría fenomenal, pero con la edad del tuyo y hasta hace nada el día que mi hija no tocaba el plato me desesperaba… Ahora que acaba de cumplir 3 puedo decir que he aprendido a no preocuparme, igual que si un día no come verduras, cosa que antes me obsesionaba.
Eso sí, si pasan un par de días que veo que devora, ¡me temo un estirón! Y oye, mi vecina lo suele corroborar: ¡cómo ha crecido esta niña! ¡Jajajaja!
Un beso!
Hombre, es que choca un poco cuando el niño come bien (considerando variedad y cantidad) y de pronto nada de nada. Pero está claro que crecer crecen menos, eso se nota. En fin, es mejor acostumbrarse y seguro que terminan cambiando, ¿no?. Besos.
Seguro que no estás hablando de mi hija???? Jajajajaja!
Quitando que a ella le gusta la manzana y la pera (y el zumo) y que el pescado a veces lo come…
Es inapetente total. Pero es que ella es así, desde siempre… y también se parece a mi marido, jajajajaja!
Ni siquiera le interesan demasiado las chuches… nada de pizza o hamburguesas… Aunque las patatas fritas le pirran! Hay que ponérselas de guarnición con todo.
Croquetas y empanadillas ni probarlas… eso de que por fuera estén crujientes y por dentro blandurrias le da mucho asco!
Y por supuesto, seguimos con bibe de cerales por las mañanas! Y por mucho tiempo! Es la única comida que hace sin protestar… jajajaja!
No le gusta probar nada nuevo… y ell hecho de que el otro día probase 10-12 garbanzos del cocido que hicimos en casa, supuso un éxito!
Lo bueno… que nunca o casi nunca se pone enferma.
Que tiene energía para parar un tren.
Y que es muy feliz.
Para mí ha sido horrible el proceso, pero poco a poco, estoy más acostumbrada y no hago un drama si se salta un par de comidas… ó 3… ó 4.
Jajajaja! Pues está claro que si está feliz y enferma poco es que no tiene ganas de comer y punto, ¡qué remedio! Mi marido fue mal comedor y su hermana peor y ahora come bastante bien, no mucho, pero bastante bien. Vamos, que todo puede mejorar!!!!.