El reto de educar
No sucede de golpe, pero a veces nos llega el primer aviso sin darnos cuenta: nuestro bebé ha crecido y aunque aún quedan residuos de esa etapa simbiótica con su figura de apego primario, ante él emerge un nuevo horizonte: el de la niñez, el de la primera infancia consciente. Las necesidades han cambiado, se deja atrás la etapa de maternar puro y duro y se entra en la etapa de educar.
Obviamente Mayor sigue necesitando cuidados, soporte, amor y presencia física y emocional, pero lo que ha arrancado con mucha fuerza es la etapa de educar: de acompañarle mientras descubre el mundo conscientemente, de explicarle todos sus porqués, de ayudarle a discernir lo bueno de lo malo, de formarle un espíritu crítico sin por ello convertirle en un rebelde empedernido, de estimularle para que elija su camino…
Pienso mucho en un fragmento de una poesía de mi adorado Pedro Salinas, en La Voz a Ti Debida:
Aunque sea un poema de amor de pareja, siento que expresa lo que siento. A veces me duele el corazón, literalmente, pensando si hago lo correcto, si en esa búsqueda de sacar de él su mejor versión lo hago bien o mal, sintiéndome torpe o abrumada. Si las lágrimas que a veces afloran merecen la pena, si vamos por el buen camino o tenemos que dar la vuelta… Muchas preguntas.
Sabía que esto pasaría y sabía que no tardaría mucho, pero quizá por la sucesión de tantos acontecimientos importantes en tan poco tiempo, o porque la falta de sueño me tiene nublado el juicio, no esperaba que llegara ya mismo…
Aunque nunca me ha gustado la soberbia que demuestran algunas madres con hijos más mayores, reconozco que ahora entiendo a qué se referían algunas de esas veces en que banalizaban ciertas cosas. Cuando son chiquititos nos preocupamos por cada estornudo, por cada vez que se les irrita el culete. Que no son preocupaciones infundadas, pues cada etapa tiene lo suyo, pero las preocupaciones que surgen cuando dejan de ser bebés no tienen nada que ver y no hacen sino crecer en importancia para ya no dejarnos nunca. Eso también hace que la segunda maternidad sea muy distinta; ahora comparo preocupaciones y puedo reordenarlas de otra manera. Cosas por las que me preocupé entonces, ahora, con Bebé, me parecen nimiedades. Pocas cosas me preocupan de Bebé y, en cambio, sí tengo inquietudes con respecto a Mayor. Es la vida, que te enseña.
Educar a mis hijos es un reto, el más importante de mi vida.
Con la experiencia se tiende a relativizar muchas cosas, y menos mal porque sí a a dura tarea de educar a un niño (ya no bebé) le sumamos las mil preocupaciones por un bebe cuando somos primerizas, nos volveríamos locas!
Entiendo perfectamente ese sentimiento abrumador de pensar si lo estamos haciendo bien (con los mayores), porque realmente es algo tan importante, de tantísima responsabilidad y con unas repercusiones de tal magnitud, que quien no se sienta alguna vez así creo que no a entendido que significa ser madre/padre!
Besiños!
Eva, Buenísimo! no podrías haberlo expresado mejor. ¡Gracias! Te veo muy inspirada últimamente! 🙂
Besos
Begoña
No hay día que no me sienta así un rato u otro y es que el reto de educar es muy grande y a menudo no sabemos si hacemos lo correcto. Gracias por compartir, así no nos sentimos solas delante de tan gran reto 🙂
Que difícil es amiga!!, y las preocupaciones por los hijos nos acompañaran toda la vida (eso siempre me lo ha dicho mi madre).. y tienes razón lo que antes nos preocupaba ahora lo vemos como una tontería y lo que ahora nos preocupa nos parece un mundo… y dentro de unos años lo recordaremos con una sonrisa.
Aix Eva, es tan extremadamente complicado. Y siento decirte que a mayor edad, mayores problemas. Lo único bueno es que sufres desmesuradamente una vez, porque aprendes con el primero y con el segundo (las segundas en mi caso) vas bastante más rodada y facilita mucho las cosas.
Sólo podemos intentar hacerlo lo mejor que podamos y, siempre, de corazón y convencidas.
Besazos princess!
Es una gran responsabilidad, desde luego, pero seguro que cargada también de momentos muy gratificantes. Supongo que es normal tener esas dudas pero yo cuanto más te leo, mejor me parece que lo estás haciendo. Eres una gran mamá.
Un beso.
A mí esta es la parte que de verdad me impone respeto, porque es lo realmente dificil, y me temía que será como apuntan las que nos van por delante «cada vez más complicado». Así que sólo puedo decir que te entiendo, vaya si te entiendo… y eso que aún no tengo un segundo, y me falta esa parte de aprender a relativizar, que creo que me vendría muy muy bien. Un beso guapa!
Si te sirve de algo, te llevo leyendo desde hace mucho, y por lo que cuentas y transmites, estoy segura de que esto de educar lo vas a hacer muy bien. Y las que vamos por detrás agradeceremos que nos cuentes tus experiencias. Ánimo y un abrazo.
Buff, ya te digo…Yo me pregunto cada día si lo estaré haciendo medianamente bien…
Un besote.
A mí siempre me da la sensación de que eres una persona muy reflexiva en lo que se refiere a tu maternidad, así que te animo a seguir como hasta ahora, con tus (seguramente) cientos de errores pero también cientos de éxitos, y sobre todo con el esfuerzo de recapacitar sobre si este es el camino.
Me ha hecho mucha gracia esta entrada porque mi padre siempre nos dice que los hijos ocupan requieren casi todos tus pensamientos desde que ves el positivo,y siempre te plantean un reto.
Desde luego… los mayores son los maestros. Yo siempre lo digo, sigo mucho más pre-ocupada por Marcos que por Lucas, y supongo que será así siempre porque es el que abre camino.
Y, como decía mi madre, niños pequeños preocupaciones pequeñas, niños grandes preocupaciones grandes, así que la que nos queda… 😉
Supongo que cada etapa tiene sus preocupaciones, pero sí, estoy segura de que conforme vayan creciendo ellos, también lo harán ellas. Solo nos queda acompañarles y ayudarles tanto como podamos, y si te sirve de algo, por lo que leo, parece que tú eso lo haces muy bien 🙂
no te tienes que preocupar, lo haces genial!! sabes que siempre puedes contar con supernany!!los niños tienen su etapa, los adolescentes otra un poco mas complicada, y luego viene la de mayor compromiso: aceptar que son adultos responsables (no siempre contaran con nosotros para que criemos a los nietos), tienen un buen trabajo y están satisfechos con ello (sea en el extranjero o no, si necesitan irse, por algo sera). está científicamente demostrado que los hijos que son felices con el tiempo colman a sus padres de bondad (de que se sientan orgullosos de tus hijos) y regalos. la clave es educar desde el compromiso del respeto, el cariño y la convivencia, además de inculcarles verdaderos valores humanos. mil besos guapa
Muchísimas gracias Isa, un beso grande para ti.