¿Cómo «preparar» a los niños para las cosas malas de la vida?
Una de las dificultades que nos encontramos como padres, especialmente cuando los niños van creciendo, es afrontar la realidad de que a lo largo de una vida a veces suceden acontecimientos difíciles y nuestros hijos los van a sufrir. A menudo me pregunto cómo «preparar» a los niños para las cosas malas de la vida.
Porque uno quisiera que nunca llegaran esas cosas malas, o que llegaran lo más tarde posible, pero son acontecimientos que escapan a nuestro control. Por ejemplo, en el mes de junio hemos estado de nuevo a punto de perder a nuestro gatito negro, el que justo un año antes fue operado a vida o muerte por haberse tragado un hilo. Es una circunstancia muy dura porque además de tu propio sufrimiento tienes al animal agonizando ante la vista de tus hijos y sabes que en cualquier momento puede sobrevenir la muerte, por lo que tienes que actuar con entereza, responder a sus preguntas y obviamente quieres hacerlo lo mejor posible.
Nosotros hemos optado por:
– No mentir. Entiendo que una de las formas más clásicas de proteger a los niños sea modificar la realidad, pero es que a veces se modifica tanto que directamente la convertimos en una mentira. Creo que no ganamos nada escondiendo algo que finalmente van a descubrir por ellos mismos. La confianza, desde mi punto de vista, es uno de los pilares en la relación de padres e hijos y las mentiras las van minando.
– No dar más información de la que te piden. Decir toda la verdad y no recurrir a la mentira podría ser muy crudo en determinados momentos. Pero lo cierto es que cuando los niños hacen preguntas no suelen necesitar tanta información como nosotros pensamos desde nuestra perspectiva de adultos. Es preferible dosificar la información de tal modo que si van necesitando saber más sean ellos los que nos vayan preguntando. Así evitamos meternos en terrenos farragosos de los que luego es difícil salir sin tener que mentir.
– Hablar todo lo que haga falta, todos los días que haga falta. Los niños, como los adultos, a veces están varios días rumiando una idea. Puede que nosotros queramos zanjar la cuestión cuanto antes porque es algo que nos duele o que nos pone en una situación tensa ya que no sabemos muy bien cómo salir del paso pero eso ellos lo notan. Lo mejor es actuar con naturalidad y si necesitan hablarlo cuando se les venga a la cabeza, cuando les surjan nuevas preguntas, es preferible hablarlo y no intentar evitar la conversación.
– Reconocer que no tenemos todas las respuestas. Parece que un adulto debe saberlo siempre todo, pero no es cierto. Hay cosas de la vida que son inexplicables o que teniendo explicación nosotros la desconocemos. Yo prefiero decir que no lo se e invitarles a buscarlo en Internet todos juntos o si es algo emocional que afecta a otras personas explicarles qué a veces las personas tenemos diferentes puntos de vista, que yo puedo tener mi opinión pero que quizá la otra persona tenga otra.
¿Cómo hacéis vosotros? ¿Cómo pensáis que podemos «preparar» a los niños para las cosas malas de la vida?
Foto | Mario Antonio Pena Zapatería en Flickr CC
Yo soy partidaria de la sinceridad simplificada y adaptada a la edad de los niños, aunque he de admitir que la teoría es más fácil qe la práctica. A veces mi hija mayor me pregunta cada cosa… Y no siempre tengo tiempo de elaborar mentalmente una respuesta, así que a veces me quedo con la duda de si lo habré hecho bien.
Desde luego, la teoría es más fácil. A veces las preguntas son muy complicadas!
Exactamente como lo has escrito, sinceridad ante todo. Ir diciéndole las cosas según vayan preguntando y adaptadas a su edad.
Qué bien Erica 🙂
Estoy contigo, sinceridad en la medida de lo posible y adaptada la explicacion a su edad. No podemos soltarles las cosas con la misma crudeza que a un adulto. Me ha encantado lo de no dar mas explicaciones de las necesarias, porque a mi me pasa mucho… hasta con los adultos, jajaj, y es cierto que la mayoría de las veces me acabo metiendo en peores jardines de donde estaba.
Sea como sea, es un tema peliagudo. A mi me cuesta mucho ahora con 4 añitos explicarle ciertas cosas, me da pena que pierda la inocencia…
Yo con este tema lo estoy pasando fatal. Tengo dos peques, el mayor de 5 años y la chiquitina de uno.
El mayor empieza a preguntar mucho sobre la muerte, y tiene pánico de perdernos a nosotros. Siempre me pregunta «pero vosotros no os vais a morir verdad?» con una carkta de terror que me larte el alma. Me acuerdo de que yo pasé una etapa exactamente igual, y me angustiaba mucho.
Igual está mal, pero yo sí le miento, le digo que no, que esté tranquilo, y le cambio de tema. Él se relaja y pasa página, hasta la siguiente vez q se acuerda.
Estoy contigo en que es absurdo mentirles… pero se les miente en tantas cosas… con los Reyes Magos les llevamos al huerto, no? y luego se llevan el chasco. Pues un poco igual, si puedo retrasar que sufra y se inquiete… ya abordaremos el tema cuando sea un poco más mayor. A mi desde luego me está costando mucho este tema… 🙁
Mi hijo Mayor ha pasado una etapa en la que todos los días preguntaba por el tema y se angustiaba, lloraba… Afortunadamente le duró poco y de momento no hemos vuelto a hablar del tema. No es nada fácil.