No toque, ¿por qué toca?
Me ponen mala los toqueteos. De las primeras cosas que comenté en este blog fue mi punto de vista acerca de por qué no se deben tocar la manos de un recién nacido.
Con el tiempo lo voy sobrellevando porque no es lo mismo un recién nacido que un bebé de seis meses. Pero es que ahora no sólo le tocan las manos. Ahora le tocan las manos, las mejillas, la cabeza, los pies… la cuestión es sobar al niño de arriba a abajo. Eso si no te lo quitan de las manos a la primera de cambio.
Ya sé que los mediterráneos somos así, muy sobones, invasores del espacio vital de los demás pero yo no puedo con ello. Para mi un bebé es sagrado, no se debe manosear ni coger, salvo que los padres te den permiso y, aun así, con mucho cuidado y por un espacio de tiempo breve.
¡Por favor, los bebés se tocan con los ojos!
Los pocos bebés que he conocido en estos últimos años los he adorado siempre en la distancia. Para babear y ver lo preciosos que son no hace falta toquetearlos. ¿He sido yo la única niña a la que no le gustaba que la obligaran a dar besos a desconocidos o que cualquier señora viniera y nos sobara el pelo o la cara? A nadie le gusta que le invadan su espacio vital.
Por no hablar de la cuestión de higiene, que ya lo dije en su momento, no es cuestión de que el niño viva en una burbuja, pero tampoco es cuestión de que el niño acabe tragando guarrería que no tiene por qué tragar.
Que manda h* que mi madre nos pida permiso para coger al niño, siempre después de haberse lavado las manos, y cualquiera de la calle le sobe la cara a saber con qué manos y con qué uñas.
Pero nada, no hay manera, el sentido común no abunda, así que lo habitual es que cada dos por tres alguien meta mano al carro para tocar alguna parte de la anatomía de mi bebé.
Y yo cuando veo esa mano acercarse siempre me dan ganas de decir: ¡No toque! ¿Por qué toca?
Como te comprendo. A día de hoy, mi hijo con 3 años, le siguen sobando. Y no, no has sido la única niña de la historia a quien no le ha gustado dar besos y ser sobada, sabes que mi niño es así. Yo no se lo critico, está en su derecho de decir que no quiere dar un beso o a decir que no le gusta que le toquen.
Nos empeñamos en que nuestros hijos vayan besando a gente que nosotros no besamos. O acepten el sobeteo de gente que no conocemos. Pues no, si el niño no quiere que le toquen, lo respeto y si no quiere besar, lo respeto también.
Pues a mí nunca me ha importado que toquen a mis niños ni que los cojan en brazos. Aunque tampoco había pensado conscientemente en lo que cuentas, Eva, creo que lo considero una forma de darles cariño. No recuerdo haberles visto molestos por ello. Tampoco he obligado ni insistido nunca en que ellos den besos a las personas, cercanas o no.
Yo reconozco, que de vez en cuando (tampoco soy muy de sobar yo), tocar toco, siempre que no vea que al niño no le gusto y sobre todo siempre que vea yo, que no va a ser peligroso para mi integridad física. Yo creo que esa "necesidad" de acariciar a los bebés es algo genético, mantenido por la evolución. Somo seres sociales, y por tanto necesitamos realizar ciertas expresiones físicas que lo demuestren.
Por cierto, y no lo toméis a mal, pero ¿sabéis quien es "Monk", la serie de detectives? Que os veo con la toallita en la mano to el día, jijiji.
Muy bueno, Lobo!. Sí que se quien es Monk. Yo estoy todo el día con la toallita en la mano. Cuando alguien le soba, en cuanto le pierdo de vista, le limpio la mano y las zonas que haya tocado con la toallita. Lo siento pero soy muy escrupulosa. Si yo misma me lavo las manos veintemil veces diarias, cómo no voy a hacerlo con mi hijo?. Pero vamos, no me molesta la comparación porque sí que soy un poco así.
Además, no sé si será que hemos tenido suerte o que todas nuestras precauciones han servido para algo, porque de momento (y toco madera) el niño se ha puesto nunca malo. Quizá todo esto sea porque el día que se ponga malito a mi me dará un soponcio…
A mi de pequeña personalmente lo que me molestaban eran los dichosos pellizcos en las mejillas, que te dejaban dolorida y marcada un rato. Pero peazo burras(tanto os gustaban mis mejillas que pretendiais arrancarmelas)Como mi hijo también era mofletudo siempre he estado en guardía ante la señora de rigor que acercaba la mano haciendo pinza peligrosamente cerca de la cara de mi peque, es que no se cortan ni con los bebés.
De todas formas yo he de decir que mi niño es muy cariñoso, y que en mi familia somos todos como los osos amorosos, siempre estamos dandonos abrazos y mimos, pero es eso, en familia, que sea cariñoso no significa que tenga que ir abrazando y besando a cada persona que encuentra por la calle. Si no quiere dar un beso pues no lo da y listo.
De todas formas eso de No toques ¿porque tocas? grabatelo a fuego y memorizalo. Ahora porque no le vendría mal que se lo soltases a alguno de los que meten las manos en el carrito, pero más adelante, cuando tu peque vaya adquiriendo movilidad te tocará repetirselo hasta la saciedad a él. Sobre todo en el super (que fijación tienen) XDDD
Mira que a mi hijo le he llevado desde pequeño a museos y no toca nada, pero es entrar a un supermercado, incluso ahora que va a cumplir ya siete años, y en cuanto me descuido va tocando todo lo que encuentra, así que entonces vuelvo al "No toques ¿por que tocas? XDDDDD
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http://lallavedelbaul.wordpress.com/
Yo estoy a medio camino: no es que me apasionase que cualquiera tocase a mi hijo cuando era un bebé, pero entiendo que era porque no se podían resistir (es que los bebés son irresistibles!). Prefería que no lo hiciesen pero, si lo hacían, luego no le limpiaba ni nada eso.
Lo que sí que no soportaba, de pequeña, es que me obligasen a besar a gente que no conocía, sobre todo si eran señores con bigote: "mamá, que no quiero besar a este señor, que pica1"
Qué bueno Laky, que pica, ja, ja, ja. De niños a veces nos las han hecho pasar canutas.
Tifoidea, nosotros también somos como los osos amorosos, es cierto, entre nosotros mi hijo no escatima en besos y abrazos, es un exagerao. Nos decimos Te quiero a todas horas y él es un cielo en ese sentido. Pero como tu dices, con la familia. Con extraños el niño no es así, es incluso arisco, pero si me pongo en su lugar… a mi tampoco me gustaría besar a una señora que no conozco. los niños no entiendes de "aparentar", como podamos hacerlo nosotros, ellos lo sienten y lo cascan. Y hacen bien, je, je.
Eva, yo por una parte prefiero que el peke, mejor dicho, su sistema inmunológico, se vaya pegando poco a poco con los "bichos". Y desde que le llevamos a la guardería pues como ya sabes ha estado un par de semanas con catarro. Pero tampoco biene mal lo que tu haces, nosotros no dejamos que alguien acatarrado toque al niño (salvo nosotros, que es inevitable).
Lo de los pellizcos, yo lo odiaba también y es cierto que al mío le acaricio los mofletes (también es mofletudo) pero nunca pellizcando. Eso sí, le llevo haciendo pedorretas desde que se le cayó el cordón, jajaja
El que los niños toquen todo en un supermercado y no en otra parte (casa o museos) no es culpa tuya, sino de los espertos en marketing. En un curso al que asistí cuando iba a la universidad, nos contaron que eran un objetivo para llegar hasta los padres. Cuanto más se pare un niño, más probabilidaddes hay de que tu te fijes en el producto y lo compres.
Ops! Quería decir "tampoco viene mal" la "b" se ha colao! y alguna más que no me habré dado cuenta.
A mi la verdad no me importa que toquen al niño, siempre q a el no le molesta que por ahora mas que molestarle le gusta, porque nos ha salido muy mimosillo.
Cuando son muy pequeños nunca toco a un bebe si antes no me he lavado las manos, asi que por la calle ni de coña.Y por supuesto no me gustaba que lo hicieran con el mio. Ya de más mayor me da más igual, después de todo, con todo lo que toca él por todas partes que más da que luego le toquen a él con las manos sin lavar.
Al hilo de éste tema tan interesante, hoy me veo obligado a realizar una confesión.
Hay algo que me inquieta y, como padre, me entristece. Debo reconocer que yo me he perdido los dos momentos "cumbre" de la vida de mi hijo.
Y ello hace que me remuerda la conciencia todos los días de mi vida.
El primer momento "cumbre" ocurrió, de la forma más inesperada, en un hipermercado. Yo, para mi eterna desgracia, no estaba presente. Si lo estaban mi mujer y mi hijo. Se encontraban, por ser exactos, esperando con paciencia su turno en la caja. Era la época en la que en el colegio estaban aprendiendo que los niños usan calzoncillos y las niñas braguitas. Pues bien. De improviso, y con un volumen de voz inexplicable en un infante de tan corta edad, amén de un tono agudo imposible, mi hijo exclamó:
-"Mira mamá; ¡A esa señora se le ven los calzoncillos!".
La "señora" en cuestión era una mujer que, siguiendo esa moda que tanto nos fascina a los varones, llevaba unos pantalones de cinturilla baja, dejando ver un horroroso tanga de color rosa fosforito. Mientras la exclamación de mi hijo reverberaba a lo largo y ancho del hipermercado, cientos de ojos se giraron hacia el (por otra parte enorme) trasero de la "señora" excepto algunos de ellos, que se giraron hacia la mano acusadora de mi hijo, que señalaba, como Colón, hacia la prenda íntima de la protagonista de nuestra historia.
El haberme perdido la cara de mi mujer, por un lado, la de la "señora" por otro, las carcajadas de toda la fila de cajas… y la situación en general es algo que muchas noches me impide conciliar el sueño.
Pero aún hay más.
El otro momento "cumbre" que jamás me perdonaré haberme perdido sucedió un día frío de Diciembre.
Hacía un frío glaciar.
Mi mujer, en un alarde de intrepidez, decidió salir a la calle con nuestro (por aquel entonces) bebé. Usando la vieja técnica de la cebolla (capas sucesivas de ropa) protegió con habilidad y acierto al niño. (Es decir, el niño acabó con gorrito, bufanda, guantes y abrigo). Una vez colocado el infante en su sillita, salieron a la calle, a enfrentarse como héroes de leyenda con el frio que congelaba.
No habrían recorrido más que unos cientos de metros cuando el ojo experto de mi mujer localizó, a las doce en punto, la aproximación de un ser que se dirigía hacia ellos con rumbo de colisión.
Gracias a la legendaria habilidad de mi esposa para mantener controlada cualquier aproximación (y hasta 5 de forma simultánea) no perdió de vista al objeto que se les aproximaba y que, al reducir la distancia, quedó convertido en una señora aparentemente inofensiva de mediana edad.
La señora se acercaba cada vez más.
Cuando la distancia entre la señora y la sillita de mi hijo se redujo a cero, y con un movimiento rapidísimo, digno de la peor cobra de la india, la señora se abalanzó sobre la criatura mientras unía la acción a las palabras y, de un solo golpe, arrancaba el gorrito del bebé mientras exclamaba, de forma acusadora: -"¡Pobrecito niño! ¡Pero cómo le llevas tan abrigado!" Y, además, comenzaba a bajar la cremallera del abrigo del niño.
Tras unos brevísimos instantes de estupor por parte de mi esposa, ésta reaccionó como una leona: de un solo manotazo recuperó el gorrito del niño; y mientras cumplimentaba a la interfecta con palabras, gestos y expresiones que el pudor me impide reproducir en éste medio, girose con sillita y niño y salió en dirección contraria.
Creo que jamás podré perdonarme no haber asistido a estos hechos tan luctuosos: ¡por todos los dioses del infierno! El haber perdido la oportunidad de despellejar con mis propias manos a aquella vieja loca hace mis ojos estallen en llanto cuando lo recuerdo.
UMMM… la verdad es que nunca me lo había planteado!!!! no sé cómo reaccionaré cuando quieran tocar a mi nena!!! Ya os contaré!!!
Pues la verdad es que a mí me encantan los bebés, así que muchas veces no puedo resistirme!!! qué le voy a hacer, sobre todo si hay confianza!
También es cierto que soy muy respetuosa, y sabes a qué padres no les importa y a cuáles sí!
Además, es que mi madre es de las que en cuanto puede, los coge, así que Eva, creo que no te presentaré a mi madre!!! jejeje!
enestadodeguerra, mira que yo soy el anticristo, pero "rezo" (yo me entiendo) todos los días para que nunca me encuentre en una situación como la del supermercado que describes, ni otras similares que los compañeros de trabajo me cuentan. Porque yo que soy de risa fácil, me temo que no podré aguantarme, amos que ni tragándome la lengua.
En cuanto a las sensaciones térmicas, según mi mujer, yo sería capaz de sacar al niño en pañales en pleno invierno (que exagerada, yo por lo menos esperaría a que llegara Abril), y según yo, ella sacaría al peke con abrigo ge Goretex en Agosto, jajaja.
yo reconozco que no me gusta demasiado que toquen al niño, pero no tanto por la higiene, si no porque es alguien que no conozco y que creo que el echo de tocar es algo intimo y personal que no les corresponde. tampoco he tenido muchas oportunidades de enfrentarme al problema de que toquen al niño, igual porque en su primera epoca, se echaba a llorar y la gente se asustaba, principalmente por el olor a colonia que el niño no soportaba.
y ultimamente (bueno ya esta pasando) llora por los desconocidos y tambien les echa para atras.
yo si me encuentro con un niño mantengo la distancia, por consideración a los padres, no se si les gusta que toquen al niño y les digo pocas cosas porque tampoco me gusta eso de:"gugu, gugu".
Pues al mio tambien le han toqueteado, sobre todo en el metro como va tocando a todo cristo pues la gente le contesta y le hacen monerias, en mi caso es cariño por favor no toques a la señora…
Yo tambien llevo a mano toallitas q mas de una vez he usado despues de q le tocaran manos, sobre todo de desconocidos.
Nosotros no tuvimos ni las tropecientas vacunas que se les ponen ahora a los niños, ni los super antibióticos, aspirina infantil y punto. Andabamos tirados por los suelos, ibamos a los parques…Ahora tenemos amukina, actimel,sanitol y antes lejía…Y estamos todos aquí, y no digamos ya nuestros padres y/o abuelos…El sistema inmunológico se va haciendo también a base de estar expuesto a agentes extraños…
Otra cosa es que si no te gusta que desconocidos toquen al niño me parece bien, pero demasiada pulcritud no es buena.
A nosotros, el año pasado, en un restaurante donde fuimos a celebrar un cumpleaños, una pareja que estaba unas mesas más para allá, nos pidió si podían coger a la niña… y mi marido fué y se la llevó !!! yo creo que en ese momento nos pilló tan en frio que no fuimos capaces de reaccionar… pero pensandolo con detenimiento… somos un par de tontos del culo… para que coño le teníamos que dejar a la niña????
Nada, que después de estos meses leyendo vuestros blogs he decidido pedir cita en el psiquiatra.
Yo hasta que no nació el peke, no cogia un bebé ni jarto jumilla! Una vez que fuimos a casa de unos amigos, me dijeron que si quería coger a su hijo (tenía 2 ó 3 meses no recuerdo bien), y a buena hora dije que no. Al final tuve que cogerlo.
Llamadme tonto, pero tenía verdadero pánico a que el niño hiciera un movimiento extraño y se fuera al suelo o comenzara aberrear desconsoladamente.
Aún hoy, que tengo al peke to el día en brazos, les puedo acariciar, hacer monerías y jugar con ellos (si son ya mayores) pero me sigue sin gustar cogerlos (a los de los demás). Así que desde luego a mi no se me ocurriría pedirle a una pareja que no conozco de nada, que si puedo coger a su bebé. Amos que ni a mi mujer se le ocurre, que es la primera que sale disparada en cuanto alguien dice ¿quieres cogerle?
tienes razón, y qué me dices cuando te viene alguien que está con un catarro del doce y se pone a darle besos a tu hijo? es que hay mucha gente sin cabeza… aunque tampoco hay que llevarlo al extremo, que también se tienen que inmunizar…
A mi me paso lo mismo que a LadyA, estabamos comiendo en un restaurante y una pareja comenzo a hacerle gracias al peque, de ahi a cogerlo y de eso a hacerle una foto. NO fuimos capaces de reaccionar, cuando nos marchamos pensamos q como los habiamos dejado, pero es q nos pillo en frio.
Luego nos mandaron la foto y todo por internet pero vamos q no me hizo ninguna gracia nunca sabes con q tipo de persona te topas.
En mi caso… es mi hijo el que toca más a los demás… XDDDDDDDD niños o adultos, le da igual.
Este mediodía, sin ir más lejos, venía un chico joven, parecido a su padre pero trajeao, con un malentín con ruedas… y el sonidito de las ruedas por la acera es el preferido de Mateo desde siempre. Pues empeñado en que se tenía que ir con el muchacho (le llevaba andando). El chico se acercó, Mateo le echó mano a las perneras, y el otro muerto de la risa, lo cogió en brazos. Que qué salao, qué majo, hay que ver que no extraña nada! Y yo pensando que a mi me gusta mucho que sea sociable, pero no tanto, la verdad. Si le llevas en el mei, tres cuartos de lo mismo: en los semáforos, en el bus,… les va poniendo caritas a la gente, muchas veces sin darnos nosotros cuenta, hasta que se dirigen a él claro XDDD o si ve que con las risitas no le vale, se lanza cual aguilucho a agarrar el hombro o el pelo del viandante que sea de su gusto.
Un niño para una mamá tímida XDDDDDD
Pero a mi tampoco me hace mucha gracia que la gente toque demasiado a los críos, especialmente absolutos desconocidos y en invierno. A mi me pirran los bebés desde siempre, pero he procurado esperarme hasta que la mamá me ha ofrecido cogerlo.
Enestadodeguerra, santa mujer tienes, la verdad. Santa y afortunada por presenciar esos momentos cumbres que nos has descrito. El del "calzonzillo-tanga" tuvo que ser lo más. Bendita criatura.
Lobo, créeme cuando algo similar te pase querrás cavar con tus propias manos un agujero en la planta del supermercado en cuestión.
Qué pesás son las señoras, coño! con el tocar y tocar.
LadyA, mamádejulio, a mi nunca me ha pasado que en algún restaurante o donde sea quisieran tocar a mihijo. Alomejor es porque cuando se acercaban más de la cuenta mi mirada era como asesina, según palabras de mi marido.
Mañana voy a contar una anécdota en un restaurante. Buenísima xDDD
La verdad es que a mi tampoco me gusta, pero reconozco que alguna vez he cogido la mano a un bebito que me han presentado, sin caer en la cuenta. "Mea culpa", desde luego. Y más no siendo yo para nada "niñera", no me atraen los bebés y soy de las que suelen contemplarlos, sin la menor emoción, desde el doble de distancia habitual…pero mira, siempre hay algún descuido. Son cosas que me pasan a veces por querer dejar contento a todo el mundo, en un esfuerzo por ser simpática con el niño vas y metes involuntariamente, quizás, la pata. Comprendo si a la madre no le ha gustado, aunque nunca me han dicho nada, porque yo sería la primera que alejaría al niño de manos ajenas en el mismo momento que las viera acercarse. Será que de maniática y antisocial también tengo un rato largo, a mi manera 😉
¿Ves como es útil leerte, Eva? Ahora ya no me pasará! jejee
Antisocial? Maniática? Me parece a mi que podemos terminar fundando un club!
Podéis hacerme un huequito en el club por favor????? 🙂
Jajajajajajja…. ¿puedo ser yo también del club?… yo me llevé al hospital el gel higienizante de BV (escribí hasta la opi en ciao) y no dejaba que nadie la tocara sin usarlo antes. Menos con mi madre, que de nada sirve, pero es que ella ha tenido casi toda su vida un bebé en brazos y se entiende con ellos. Por desgracia descubrirás que nuestros peques no son tan maniáticos… cuando empiece a gatear o a meterse cualquier cosa en la boca… o a comerse un trozo de pan con tierra en el parque…. y lo de sorberse los mocos mientras traga galletas… puff…. !!!
Yo tengo dos geles higienizantes. Uno lo llevo en el bolso del carrito y otro lo tengo en casa aunque no me atrevo a ofrecérselo a todas las visitas… para que luego no digan que soy una borde maniática xDDD
A ver si fundamos ese club, sí. Tod@s sereis bienvenid@s!.
El sentido común no abunda pero sé que los bebés son personas y no peluches que pueden ser tocados, cargados en brazos y sobeteados por desconocidos porque se le da la gana. Como madre me parece un abuso y me hace sentir vulnerable y irritada cuando un desconocido se acerca a tocar o a besar a mi hijo. Hoy he ido a hacer algunas gestiones y mientras jugaba con mi pequeño en su carrito una chica se le dio un besito de esquimó delante mío. Creo que me quedé paralisada de rabia, de perplejidad y creo que no hice lo que debí hacer en áquel momento: regañarla, empujarla, gritar, yo que sé. Sinceramente me da ganas que crezca rápido e ya no tenga que pasar por este tipo de agobio. Mi propia experiencia como niña es que no me gustaba que me tocasen los desconocidos y limpiaba inmediatamente los besos que me daban. En fin, una pena que la gente no sea respetuosa cuando los niños son guapos y les da igual todo.
Si si..
Obsesionada está la gente con toquetearlos! ME PONEN ENFERMA
acabo de tener a mi tercero, y me encantaría pegar más de un guantazo..