Mejor con psicología
No soy una persona paciente, más bien lo contrario. Con mi hijo he aprendido a ejercitarla y, al menos con él, creo que no se me da mal. Hasta mis padres se han mostrado sorprendidos algunas veces al verme en acción, supongo que esperando otra reacción por mi parte. Definitivamente la maternidad me ha cambiado, en muchos aspectos…
Aunque lo de mi paciencia con el peque tiene su truco: lo que yo llamo psicología. Que estoy muy lejos de ser una experta en el tema, pero después de tanto tiempo juntos, ya conozco bastante bien cuáles son sus reacciones y cómo actuar en cada caso. Básicamente:
– Cuando estoy a punto de perder la paciencia, respiro hondo y re-enfoco mi discurso. Observo lo que está pasando, intento averiguar el motivo y reformular lo que estoy haciendo o diciendo. Para eso somos adultos, ¿no? En vez de adoptar una postura inamovible, trato de descubrir qué parte de lo que estoy intentando no funciona para orientarla de otra forma. Por ejemplo, para que se ponga el abrigo. Mi hijo es caluroso, así que si hace calor en casa probablemente no se lo quiera poner antes de salir. La opción habitual, sobre todo cuando uno tiene prisa, es hacerle una llave al niño y ponerle el abrigo sí o sí. Hace tiempo que me di cuenta que es mucho mejor ponerse a su altura, explicarle que en la calle hace frío y que por eso nos ponemos el abrigo, que mamá también va muy abrigada. Que si tiene mucho calor, nos lo podemos poner en el descansillo. Que el gorro sólo se lo pongo si tiene él tiene frío, no yo… Pues funciona, funciona. ¡Ahora hasta me pide que le ponga el gorro las pocas veces que lo necesita!.
– Evitar situaciones. A estas alturas conozco de sobra determinadas circunstancias que van a hacer que tenga una rabieta. Si puedo evitar estas situaciones, mejor. Por ejemplo, si yo sé que al pasar por determinado sitio va a querer ir hacia donde yo no quiero, trato de pasar por otra zona. A veces es complicado evitar determinadas cosas pero merece la pena intentarlo. Evitar una rabieta no sólo es bueno para él, es bueno para todos, porque después de una rabieta su humor suele resentirse mucho y se corre el riesgo de caer en una espiral de cabreo por ambas partes que suele tener mal final.
– Asumir lo inevitable. Después de la comida y de la cena, le entra un ataque de hiperactividad en el que sólo quiere correr, abrir y cerrar puertas, saltar… Pues como ya lo sé, le doy un margen razonable de desfogue y a continuación nos vamos a la cama a la siesta o a dormir porque es de noche, dándonos muchos mimos. Esto funciona muchísimo mejor que impedirle esa válvula de escape y pretender que se acueste inmediatamente.
– No discutir por tonterías. Esto, obviamente, depende de cada familia porque lo que para mi es una tontería quizá para otros sí sea importante; es cuestión de valorar si nos merece la pena montar un número por cosas que realmente no son importantes y menos en niños tan pequeños. A nosotros, por ejemplo, nos da (relativamente) igual que no coma. No queremos hacer de la comida un drama sino un momento agradable. Por tanto, si no quiere comer porque no tiene hambre o no le gusta lo que hay ese día, pues no come y punto. Se baja de la trona, se pone a jugar y nosotros seguimos comiendo. Cuando tenga hambre, ya comerá.
– Hacerle partícipe, preguntarle su opinión o sus sentimientos, darle explicaciones. A veces, por las limitaciones del lenguaje, tiendo a creer que es tontería dar explicaciones o buscarlas porque no me va a entender, pero la práctica siempre me demuestra lo contrario. Desde hace tiempo, cuando veo que está enfadándose, le ayudo a compartir sus sentimientos y a que explique qué le pasa y qué quiere. No todas las veces obtengo una respuesta clara, pero en numerosas ocasiones simplemente el hecho de darle la oportunidad de expresarse le hace sentirse más tranquilo y, sobre todo, ver que me interesa cómo se siente.
Releyendo lo anterior, veo que no sólo me es aplicable a mi, sino que creo que son buenas técnicas para gestionar las rabietas. Hace poco he leído el libro Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen y da muchas más ideas, muy bien explicadas y con muchos ejemplos. Es una lectura francamente recomendable, no me extraña que el libro haya vendido tanto.
¿Hacéis algo parecido? ¿Tenéis otras técnicas para enfocar este asunto?. Me encantaría conocer vuestro punto de vista.
Mi hijo últimamente, cada vez que le dices que algo no puede hacerse (tirar la televisión, subirse encima de su hermana) se pone a llorar. Es oír la palabra «no» y hace pucheros.
Las pautas que das son las que intento seguir, sobre todo lo de «evitar situaciones», pero las que provoca él son imposibles de evitar. En fin, no puedo aportar nada nuevo, porque estoy empezando con éste tema y me parece complicadísimo gestionarlo…
Gracias por el post, es muy ilustrativo y alentador 🙂
Es normal que llore. Es la primera respuesta, la más natural. Luego vendrán otras, mucho más divertidas muajajajaja 🙂
Yo sigo básicamente las mismas pautas, claro que siempre hay situaciones que se escapan, como que le pones unos dibujos y se pone a llorar y a tirar cosa porque resulta que esos no son los que quería y si le pones otros llora aún más y así se entra en un bucle infinito y esto puede pasar con los dibujos, con que saques un juguete al que no le de la gana jugar en ese momento o que se haya hecho caca y le tengas que cambiar y a él no le apetezca, y esas son más difíciles de gestionar, porque no razona da igual lo que le digas o que le cambies una cosa por otra que se pone aún peor.
Mi hijo con la tele es muy impaciente pero después de meses y meses preguntándole qué quiere ver, ya hace tiempo que conseguimos que nos dijera qué dibujos quería y muchas veces hasta qué capítulo! jajaja
Qué curioso, algunas de las cosas que mencionas son exactamente las pautas que nosotros damos a los papás. La naturaleza dota a las mamás de una intuición extraordinaria. Voy a buscar ese libro, suena muy bien. Un beso.
Búscalo, seguro que te gusta. Besos.
MUY BUENOS consejos. Yo intento aplicar algunos de los que comentas en los momentos de desespero sobre todo cuando son los dos enanos los que se ponen insoportables. A veces es difícil pero si no pierdes de vista dichos consejos es mucho más fácil
A veces es muy muy difícil. Aunque a mi me ocurre cada vez más que es en esos momentos en los que más me paro a pensar en re-orientar el asunto antes de que se escape ya de todo control. Normalmente siempre podemos hacer algo al respecto.
Creo que al final todos actuamos parecido, sobre todo con lo de evitar ciertas situaciones conflictivas, esto hay quien no lo entiende quien piensa que es ceder y que el niño s etiene que acostumbrar al no y demás historias, pero cuando estás en el ajo lo único que quieres es que no suceda nada que haya que mitigar.
Lo sé, lo sé… Bueno, yo creo que todo tiene sus matices. Creo que el ejemplo que debemos dar como padres es el de ser coherentes y flexibles. Establecer lo que está bien y lo que no, pero de una forma racional y dialogando. Pienso que «ceder», en el sentido negativo del término, es otra cosa, es la falta de coherencia, el que el nene no sepa a qué atenerse porque cada día le dices una cosa, porque no puede prever tu respuesta.
Y, al menos yo, creo que siempre es mejor evitar los conflictos. En el mundo de los adultos y en el de los niños. Hay muchas formas de resolver las desavenencias sin necesidad de que llegue la sangre al río, solo que algunos caminos requieren más tiempo y más esfuerzo que la vía rápida del «aquí mando yo».
Me ha gustado tu enfoque, será porque lo comparto 🙂
El libro que mencionas me encantó, yo desde luego lo recomiendo.
Un abrazo
Está fenomenal el libro, ¿verdad?. Aunque probablemente está más enfocado a niños mayores y adolescentes, me parece que enseña estrategias para la vida en general que son muy útiles.
¡Excelente post! Me recordó una frase que le escuché a una meuróloga infantil muy famosa en Chile: Es obligación cluzar la calle de la mano de un adulto, pero podemos permitirle al niño elegir qué mano nos quiere dar.
Eso es flexibilidad… Nos evita muchos malos ratos y les enseña a ser flexibles ellos también.
¡Felicitaciones por tus técnicas!
No había escuchado esa frase pero me parece un gran ejemplo. Un abrazo!
Fantástico post. Unos consejos excelentes que creo no solo te ayudan a ti sino que pueden valer para cualquier familia. Un beso.
¡Gracias!. Un beso, guapa.
Yo te añado una más. Cuando veo que la niña está lloricosa «como por nada», o parece que se va a cabrear por una tontería, antes de que empiece con la rabieta la cojo en brazos y la achucho un rato (aunque parezca que ella no quiera, y se retureza un poco). Dos minutos de mimos, de atención y de «contenimiento» en brazos de mamá, y vuelve a ser una niña feliz. Por lo menos un rato largo.
Pues mira, yo esa la probaba cuando tenía un año y me iba fatal… pero me has recordado que la rescate, lo mismo ahora sí nos iría bien porque se ha vuelto súper mimoso.
En nuestro caso particular sólo hay algo de lo que comentas que no aplico: evitar situaciones; pero reconozco que utilizo muchísimo y desde siempre la de hacerle partícipe, preguntarle su opinión o sus sentimientos, darle explicaciones.
Recuerdo cuando mi peke (ahora 7 años) era pequeñito y le daba explicaciones de cosas y hablaba como si no supiera la edad que tenía… hasta mi marido me decía: ¿nena, no ves que el niño eso no lo entiende? Bueno, pero es que yo soy de diálogo cari, déjame que me quede yo contenta explicándoselo. El caso es que con el tiempo, todo eso no queda en el olvido, no cae en saco roto, me sorprendo todavía cómo funciona la técnica del diálogo y cómo ahora recogemos frutos del pasado. Y es que a veces, debemos tener visión a largo plazo para con nuestros hijos.
¿Y sabes qué hago yo cuando estoy a punto de perder la paciencia? (por cansancio mío casi siempre, o cosas de trabajo…) LE PASO LA PELOTA AL PAPÁ, para que me dé tiempo bajar mis pulsaciones…
¡Feliz fin de semana!
¡Feliz fin de semana! Lo de pasarle la pelota a papá es algo estupendo. Últimamente lo estoy practicando mucho los fines de semana, que es cuando disfrutamos de él, porque además mi hijo está en una etapa de total enamoramiento con él jaja Besos.
Tomaré buena nota de todos los puntos, de momento tiene alguna rabieta de vez en cuando pero claro sólo tiene 14 meses, lo que me viene va a ser peor. Gracias por tus consejos para mamis que no tienen paciencia como yo!! Un beso
Nunca se sabe! Creo que la peor etapa de mi hijo, en ese sentido, fue en torno al año. Con 13 o 14 meses montaba unos pollos terribles en los que ambas partes sufríamos un montón. En gran medida, ahora es más fácil, porque en aquella época su entendimiento estaba muchísimo más limitado. Así que, oye, quizá no tengas grandes problemas, de verdad que nunca se sabe!. Besos.
Estoy muy de acuerdo en todo lo que dices, pero a veces, cuando tienen esos berrinches, es complicado no perder la paciencia! Me apunto tu recomendación del libro. Gracias!
Es súper complicado, yo pierdo los nervios más a menudo de lo que quisiera. Pero cuando por la noche pienso en por qué los he perdido, siempre trato de sacar conclusiones e intentar hacerlo mejor al día siguiente porque perder la paciencia es malo para todos y te deja el humor por los suelos!
Intento aplicar las mismas tácticas que tú, pero hay días en que el reloj va en mi contra (y la paciencia también…). Lo que tengo claro es que cuando yo estoy tranquila y relajada todo fluye mucho mejor, aunque Peque tenga una rabieta, porque soy mucho más imaginativa para solucionarla (y tolerante si no queda otra que aguantarla). Besos!
Buff, es que la falta de tiempo y la impaciencia son pésimas enemigas. Por falta de tiempo pensamos que la vía más rápida es el «porque yo lo digo» y creo que es un error, casi siempre funciona muchísimo mejor tomarse un par de minutos para enfocar las cosas con más psicología.
Suelo hacer como tu.. sobre todo lo del abrigo..lo ponemos en el portal.. Yo por ejemplo he dejado de pelear por cosas sin importancia como las zapatillas en casa..le dejo decidir cosas : que camiseta quiere ponerse por ejemplo asi se viste con mas facilidad..y si ve que le haces caso , te hara caso tambien (pero no siempre…)
No siempre, no, no son infalibles los métodos… pero funcionan bastante bien. Y lo de no pelear por tonterías, fíjate, estoy intentando ahora aplicarlo un poco a todo, a veces me cabreo por verdaderas chorradas! jaja
Muy buenas indicaciones.
Besos
¡Otro para ti! ¿Qué tal todo?
Yo creo que son pautas muy útiles y que van a venir muy bien a muchas mamis. Si algo he aprendido es que a los niños es mejor decirles las cosas poniéndonos a su altura a pensar que son tontos y no nos van entender. A mí me ha ido mejor cuando he hablado con él que cuando he intentado que las cosas fueran por narices. El movimiento se aprende andando, y la maternidad es un largo camino que nos enseña mucho.
No sé por qué tenemos todos tan arraigado, yo la primera, el método «por mis narices». Es lo menos efectivo del mundo! jajaja. Jo, yo miro atrás y veo lo que he aprendido y madre mía, me imagino que en tu caso más aún!.
Guapa, me he leído de cabo a rabo el post y tus comentarios y solo puedo decir que encuentro muy acertado todo lo que dices, y que nosotros actuamos de forma muy parecida con Pequico y por ahora nos va muy bien. A ver qué pasa conforme se vaya acercando a los TT.
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado. ¡Ya me dirás!. Besos.
Hola! me ha gustado mucho el post, y me va a ir de perlas probar tus trucos, porque justo ahora empieza mi niño (2,3 = 2 años + 3 meses) con las rabietas y demás. También me ha gustado el comentario de Deborah de pasarle la pelota al padre 😉 jejeje
Más o menos tiene la edad de mi hijo!. Ya me cuentas si te van bien o tu das con otros consejos mejores! Besos.
Muy acertados tus consejos!! muchas gracias!! nuestro hijo tiene 19 meses y ahora comienza con las rabietas sobre todo a la hora de acostarse…
Es que a esa edad ya se nota mucho el carácter, ¡ánimo!.
Me han parecido unos consejos muy interesantes y que trataré de tener en cuenta. Quizás aún me queda mucho para poderlos !!!pero estoy segura de que el tiempo me pasará muy deprisa y dentro de poco sonreiré recordando tus consejos/trucos.
El tiempo pasa muy deprisa. Y luego ya verás que no te hacen falta consejos de ningún tipo, sale solo…
Hablar en POSITIVO. Transformar todas las negaciones en afirmaciones:
– NO lo hagas asi !!!!
Pasaria a:
– Hazlo mejor así
Funciona maravillosamente bien! Pero cuesta un huevo jajaja
¡Ay, qué bueno, y qué difícil!.