¿Por qué los gatos negros se asocian con Halloween? Origen de su mala fama
En esta semana temática de Halloween en la que he tratado tantos temas relativos al origen, significado, tradiciones y costumbres, no quería dejar de responder una pregunta que como #blackcatlovers que somos siempre nos hemos hecho en casa:
¿Por qué los gatos negros se asocian con Halloween? ¿Cuál es el origen de su mala fama?
Así que este año me he puesto a indagar y esto es lo que he descubierto:
El gato negro en la edad media
Si hay una época realmente oscura para los gatos, esa es la Edad Media.
Se cree el origen de su mala fama proviene de esa época, en la que los gatos eran considerados animales que traían desgracias con tan sólo cruzarse con ellos.
No se sabe exactamente si hay un desencadenante para que tuvieran tan mala opinión sobre los gatos, pero algunos apuntan a que la Peste Negra que asoló Europa puedo tener una gran influencia, culpándoles de haber traído la enfermedad y la muerte.
Así, el gato comenzó a asociarse con el demonio y por ello se exterminaron a miles de ellos. Lo curioso (o en realidad no tanto) es que al matar tantísimos gatos, las poblaciones de ratas aumentaron en número y esto hizo que se propagara aún más la peste, ya que las causantes eran ellas y no los pobres felinos.
En la Edad Media comenzó a asociarse al gato con la brujería y el ocultismo, con el demonio y los malos espíritus. Muy especialmente al gato negro de ojos amarillos, por su aspecto teóricamente más aterrador. En aquel entonces se creía que:
- Las brujas solían transformarse en gatos, especialmente en gatos negros, para pasear entre la gente sin ser reconocidas.
- Todo aquel que tuviera un gato era sospechoso de pagano o, peor aún, de practicar brujería y/o adorar al demonio, creencia además auspiciada por la propia Iglesia.
En Estados Unidos también tienen su propio folclore en torno a las brujas y los gatos negros, como la caza de Brujas de Salem.
¿Cuándo se empieza a asociar el gato negro con Halloween?
Sin duda, uno de los símbolos más reconocibles de Halloween es un gato negro.
Como os decíamos antes, ya desde la Edad Media han estado asociados en muchas culturas con la mala suerte y las brujas.
¿Cómo llegó esa creencia a extenderse hasta la celebración de Halloween? Muchos apuntan a que guarda relación con los peregrinos de la colonia de Plymouth, de los que sabemos que persiguieron activamente a los gatos negros, quemándolos. Aún cuando su recelo hacia las brujas fue desapareciendo, los gatos negros siguieron siendo fuente popular de leyendas.
Se terminó considerando que los gatos eran, de alguna forma, los ayudantes de las brujas.
Pero no en todas partes tienen mala fama…
Seguro que sabéis que en Egipto los gatos eran venerados y formaban parte de la familia como uno más.
De hecho, era costumbre entre los pudientes momificar al gato una vez que moría, ya que los egipcios estaban convencidos de que los mininos tenían alma, por lo que a su muerte guardaban luto y cumplían duelo como lo harían con cualquier otro familiar.
Y no es sólo que pensaran que los gatos traían buena suerte sino que, además, sentían especial veneración por los gatos negros. La diosa Bastet, también conocida como Bast, tenía la misión de proteger el hogar y simbolizaba la alegría de vivir.
Otro ejemplo es el de los japoneses, que también creen que el gato negro trae buena suerte, especialmente para las mujeres solteras, que creen que teniendo uno podrán conseguir más pretendientes.
Seguro que conocéis el famoso gato-muñeco que mueve la patita y se puede ver en tantas tiendas, bazares y restaurantes asiáticos. Pues bien, se llama Zhaocai Mao (en chino) o Maneki-neko (en japonés), aunque aquí lo solemos llamar «gato de la suerte» o «gato de la fortuna«. Es una escultura japonesa muy popular, que representa a un gato llamando (y no saludando, como solemos pensar) y de la que dicen que da buena suerte a su propietario.
Nuestro precioso black cat
Os presentamos a nuestro adorable gato negro.
Aquí donde le veis, no está lanzando un terrible hechizo sobre una persona sino simplemente bostezando. Este año ha decidido hibernar en ese cojín y lleva todo octubre intentando con mucho afán amoldarlo a su cuerpecillo de poco más de 3 kilos.
Esta pequeña panterita de pelo negro y ojos amarillos es el gato-perro más bueno del mundo: un animalito tierno, divertido, adorable y cariñoso. De los tres animales que tenemos (dos gatos y una perrita), sin duda es el más achuchable, simpático y confiado, el que rompe todos y cada uno de los mitos y prejuicios que escuchamos a diario sobre los gatos. Un gato para enamorarse.
¿Sabíais que los gatos negros son los que menos se adoptan? Aún hoy en día, en un país como España, los gatos negros siguen dando yuyu a muchas personas, especialmente los de ojos amarillos. En los refugios, los gatos negros son los últimos en ser adoptados.
¿Conocíais por qué los gatos negros se asocian con Halloween y cuál es el origen de su mala fama? Y ya que estamos, ¿sois #blackcatlovers como nosotros?
Me ha encantado todo lo que nos has contado!! Yo tambien tengo una gata negra y es supermimosa y buena.En total tenemos 7 gatos y una bebe de 8 meses y la convivencia esta siendo genial. Animo a todos a adoptar un gato porque son muy sociables y cariñosos, aunque haya mucho mito de que no lo son, cuando les conoces no puedes mas que quererlos. 🙂
7 gatos!! Me encantas!!!! 🙂
¡Mil gracias por el post! (en nombre de los gatos y especialmente los negros ^_^ )
Yo soy catlover sin duda, y los negros me encantan! Convivo con 2 preciosos mininos: Sía, de 4 años, mezcla de siamés a la que encontré en un arcén con un mes de vida y enferma, y Thor, de 3 años, al que adopté con 3 meses, de madre siamesa pero negro como el tizón (aunque la panza al sol se ve color cobre oscuro!). Tiene unos preciosos ojos verdes y es más cariñoso y lapa que un perrito faldero! 🙂 Es una máquina de ronronear y duerme pegado a mí, pide que lo coja en brazos, le gusta ir tomado como un monete… En fin, un mimosín como el tuyo! 🙂
Sía sin embargo, supongo que debido a haber sido separada de su madre de muy bebé, tiene muchos miedos y se agobia si la coges en brazos más de unos pocos segundos.. Ronronea muy suavito y siempre está cerca de mí, no aparta la vista si la miras fijamente a los ojos, y hace la croqueta cuando llego a casa del trabajo (o de donde sea!). Ays, ¡los adoro! <3
Besicos desde una muy otoñal Bélgica!
Un beso Raquel, que vivan los gatos negros!