¿Dónde caben 4 caben 5?
Una de las primeras cosas que me pensé cuando vi el test de embarazo positivo fue ¿dónde vamos a meternos? ¿Donde caben 4 caben 5?
Te cuento cómo hemos hecho durante estos primeros meses:
El reto de vivir 5 personas y 3 animales en 70 metros
Partiendo de la base de que ya vivíamos apretaditos siendo cuatro personas, dos gatos y un perro en una vivienda con un tamaño pensado para una pareja sin hijos, meter a otro ser humano se planteaba como un reto. Porque un bebé no ocupa espacio prácticamente, pero sus bártulos sí.
He agradecido infinitamente haber optado hace años por tener una casa lo más minimalista posible, porque gracias a que tenemos el menor número posible de muebles y cachivaches varios ha sido posible meter la cuna en nuestra habitación o, por ejemplo, aparcar el carro en el salón. Si hubiéramos tenido la casa llena… no sé cómo hubiéramos hecho.
Despejando armarios
La primera medida que tomé fue despejar armarios, cajones, estanterías y los canapés bajo las camas.
Menos mal que empecé antes de que la amenaza de parto prematuro me obligara a hacer reposo porque parece mentira cuántas cosas se pueden llegar a acumular en una casa tan pequeña. Montañas y montañas que cosas que no se usan nunca pero que ocupan un espacio a veces insospechado.
Esto es lo que hice, a grandes rasgos:
Papeles
Toda la documentación de escrituras, recibos, facturas, informes médicos y demás papeleo de la casa y personal nuestro, lo ordené en cajas de cartón diseñadas para guardar libros y fue directo al trastero de mis suegros.
Igualmente utilicé estas cajas para guardar álbumes de fotos, trabajos del cole de los niños y otros recuerdos que tenía distribuidos por toda la casa.
De esta forma despejé muchos cajones y algunos muebles del salón que estaban muy mal ordenados. Quité del medio papelotes que hay que conservar pero que no es necesario tener muy a mano, dejando así espacio para el almacenamiento del día a día donde sí lo necesitamos.
Ropa
Saqué TODA nuestra ropa, que estaba bajo las camas y en algunos altillos de armarios… e hice una criba sin piedad. Cuando digo sin piedad lo digo de verdad, he tirado prendas que tenía de hace veinte años que siempre volvía a guardar porque me daban pena. Se acabó la pena. Kilos y kilos de ropa que ocupaban un espacio inmenso del que necesitábamos disponer.
Esto es lo que hice con la que ropa que no usábamos:
- Lo que estaba viejo y roído, hice trapos o lo tiré.
- Las prendas del Mediano que nadie iba a heredar por el hecho de ser niña la tercera, las doné a amigas o al algún familiar.
- Todo lo que no estaba en condiciones de ser heredado por nadie, lo metí en bolsas y poco a poco lo he ido llevando a H&M durante los últimos meses. Si no lo sabes, te cuento que cuando llevas una bolsa de ropa ellos te dan un descuento de 5 euros para una próxima compra. Los descuentos me han venido de perlas porque este verano dieron un gran estirón y en otoño me tocó renovarles vestuario.
- Las pocas cosas que estaban absolutamente impecables y merecían la pena, por ejemplo bolsos o ropa de marca, a Wallapop.
De esta forma hice bastante hueco en los armarios, especialmente en el del Mediano. Así he podido meter la ropa de la niña, que de momento no es mucha ni ocupa demasiado.
Tema juguetes
Aquí he tenido algo más de piedad que con la ropa pero tampoco te pienses que mucha. No son niños que tengan muchos juguetes… pero cuando te falta espacio, todo lo que no se usa sobra:
- Los juguetes en buen estado pero ya demasiado infantiles para los hermanos mayores, al trastero de mis suegros, bien empaquetados en cajas de cartón rotuladas, listos para ser usados por su hermana dentro de unos años.
- Los juguetes que ya no van a utilizar pero que se pueden vender, a Wallapop.
- Las chuminadas de tamaño diminuto que coleccionan como si tuvieran síndrome de Diógenes, a la basura sin mirar atrás.
No me ha quedado más remedio que ir haciendo esta limpieza cuando los niños estaban en el cole, porque si fuera por ellos no tirarían nada. Pero tengo que decir que han pasado meses y no han echado nada de menos así que ojalá me hubiera puesto antes.
Dentro de poco haré otra limpia, porque aquí los trastos se reproducen por momentos… y los juguetes de la niña empiezan a poblar todas las esquinas de nuestra casa.
La cuna
Como decía antes, menos mal que optamos por una casa con los muebles básicos y ninguna floritura.
Gracias a esto hemos podido meter una cuna de tamaño normal, pegada a nuestra cama, a modo de cuna de colecho. Hemos tenido que mover la cómoda de la habitación pero no ha quedado mal del todo y aún queda espacio para poder pasar con normalidad.
El uso de una cuna de colecho tiene muchas ventajas y, desde luego, en cuanto a espacio es una de las mejores opciones porque ganas un buen trozo de cama sin comerte demasiado dormitorio ya que la pones pegada al colchón de matrimonio que ya tuvieras.
El carro
Una vez que la niña dejó pequeño el capazo del Invictus, nos hemos pasado al Bugaboo Bee. ¡Bendito Bee!
Me cabe por el pasillo sin problemas, lo puedo meter en todas las habitaciones incluido el baño, no tengo que forcejear en el ascensor y, lo mejor, cuando no lo uso, lo puedo tener plegado y de pie en un lado del salón y así no me quita espacio.
Lo que entra por lo que sale
Mi marido y yo en esto hemos estado siempre de acuerdo: en una casa pequeña, si entran cosas nuevas tienen que salir otras que no utilizamos.
Y ese es básicamente el criterio que intento seguir ahora a rajatabla.
En cuanto la niña deja pequeña algunas prendas, la dono o la llevo a H&M. Para el recuerdo he dejado muy poquitas cosas, que además se las he dado a mi madre para que las guarde ella en su casa.
Si la peque de usar cualquier cacharrito de bebé, se lo regalo a quien lo necesite o a Wallapop.
Me encantaría conservar más cosas pero afortunadamente no soy de apegarme a objetos… porque si lo fuera, no me lo podría permitir en esta casa.
El verdadero reto está por venir
Hasta el momento nos hemos apañado porque la niña es muy pequeña.
Pero soy consciente de que el espacio que ocupa no parará de crecer en los próximos años:
- Su ropa, que cada vez es más grande y ocupa más.
- Ya mismo necesitara zapatos.
- ¡Y ya tiene sus primeros juguetes, que necesitan su espacio para ser recogidos!
Ah, y dentro de unos años, el gran cambio: poner una litera porque solo tenemos tres dormitorios.
Mmm…. y lo de ser cinco personas con un solo baño diminuto. ¡Qué bien lo vamos a pasar! 😉
Con estos cambios que te cuento, y siendo muy estricta en cuanto a no guardar cosas que no se van a usar, nos ha ido bien estos meses. Voy viendo como sus cosas van poblando la casa, pero de momento no es algo que resulte muy agobiante.
¿Tienes una familia de cinco en una casa pequeña? ¿Donde caben 4 caben 5? Anímate y déjame algún consejo, ¡estoy deseando que me des ideas!
Eres mi alter ego, en dos semanas llega #3 y vivimos en una casa adosada pequeña (100 metros), todo se acumula en el salón..yo lo subo para arriba…ellos para abajo…lo de chuminadas diminutas como si lo hubiera escrito yo 🙂
Pues nosotros como vosotros. Somos 5 en 60m (y dos tortugas que bueno, no ocupan much,o pero necesitan su hueco) y sin armarios empotrados, que los hemos tenido que poner quitando el espacio que eso conlleva.
Lo importante es ser muy si no laspersonas que hay dentro. Enhorabuena familia!
Desde luego!!! Un abrazo María
Oye, si un piso de 70 m2 está pensado para una pareja sin hijos, nosotros debemos vivir en una casa para solteros irremediables y sin compromiso y somos 4 humanos + 2 gatos en 58 m2. En nuestro caso, somos muy estrictos con los juguetes que entran y evitamos los regalos innecesarios y que nos sepulte la ropa. Por lo demás, se puede vivir en un piso pequeño sin problema.
Vivir se vive, eso seguro. Desde luego que hay que priorizar lo imprescindible… o tirar de poleas en los techos 😉
Un abrazo!
Cama nido en vez de litera. Soy fan de las literas, compramos una monisima con tobogán.
Mi espalda de portear y lactar sin cuartel ni piedad duele tanto que maldigo subirme a hacer la cama, con el riesgo de caer cuando chasca la espalda y me «escuajeringo» para atrás involuntariamente.
Cama nido. Y debajo cajones. Viene la tercera bebé, sigo pensando cómo deshacerme de los cientos de juguetes de los que mi mayor se acuerda. Los recuerda todos y cada uno, y lo peor, quién se lo regaló (porque por supuesto perdí la batalla contra los abuelos de no pelear comprando amor con juguetes… Killmetruckplease) así que creo que la baza de la desaparición mágica va a aparecer repentinamente, aunque luego me siento mal porque no creas que acaba de creerlo del todo… Ideas a mí plis