¿Cuántos hijos tener?
En aquella época en la que todo eran planes y soñar era fácil, tres hijos me parecía el número perfecto. Casualidades (o no) de la vida, el compañero que el destino me envió para ser el padre de mis hijos compartía mi visión sobre la crianza, tiempos y número de vástagos.
Pero si algo me han enseñado estos más de ocho años desde que me inicié en el camino de la maternidad es que es inútil hacer planes. Podría poner innumerables ejemplos de cómo la vida me ha ido quitando las ganas de planear todo aquello que escapa de mi control pero creo que dos de los más evidentes fueron el desagradable descubrimiento de que a pesar de mi juventud y salud aparente no éramos de fertilidad fácil y el terrible embarazo que pasé con Mayor.
En la decisión de cuántos hijos tener hemos valorado sobre todo dos aspectos: el soporte económico y el soporte emocional. Y no precisamente en ese orden.
Mayor no ha sido nunca un niño fácil. Las dificultades durante el embarazo continuaron con su nacimiento, la lactancia materna se fue al traste, muchos sabéis que durante largo tiempo estuvimos acudiendo a atención temprana y que a día de hoy seguimos limando flecos. El nacimiento de Bebé fue la bomba, en todos los sentidos. Los dos primeros años fueron durísimos y aunque tímidamente vamos asomando la cabeza fuera del oscuro túnel en el que nos sumergimos, aún tenemos medio cuerpo dentro.
El soporte emocional para mi es fundamental. Acompañar, respetar, empatizar, intentar conducir por el buen camino sin intervenir en exceso, darles libertad para tener su propio criterio y que al mismo tiempo te obedezcan cuando es necesario… La educación, aquello que viene cuando los bebés dejan de ser bebés, es mucho más dura que los primeros años de falta de sueño. Y la dificultad se incrementa con los años.
Conozco bien mis límites y paso demasiado tiempo en línea roja. Mis hijos son muy demandantes, intensos en fuerza y en carácter y con una gran necesidad afectiva por nuestra parte. No nos engañemos, aunque sienta una gran vocación como madre, la crianza, y más la crianza desde nuestro enfoque, es una responsabilidad que a veces te abruma.
A día de hoy no sería capaz de dar soporte emocional a otro bebé. Muchos días apenas puedo con los dos que tengo, como para añadir otro pequeñín al que acompañar. Y aunque entiendo que, con el paso de los años, cuando todo el trabajo de base que hacemos ahora vaya dando sus frutos, y todo esté medianamente encaminado (cruzando los dedos para que así sea), quizá podría tener un hueco en mi corazón para acompañar otro pequeñín… creo que para entonces no tendré edad ni espíritu para volver a empezar.
Aunque seguramente lo valore menos que lo emocional, no olvido tampoco que, aunque parezca que no, he ido cumpliendo años y llevo encima tres cesáreas (dos cesáreas + una miomectomía en el mismo sitio entre medias de ambos nacimientos). El ánimo no me acompaña pero no puedo olvidarme del soporte puramente físico. ¿Qué tal llevaría otra cesárea, quizá otros dos o tres años de no dormir absolutamente nada, quizá una lactancia en tándem, manejar nuestra empresa al mismo tiempo que la crianza de primera mano de tres niños hiper-demandantes? ¡Se me ponen los pelos como escarpias sólo de pensarlo!
El soporte económico es importante, aunque al menos en nuestro caso está un paso por detrás. Durante mucho tiempo hemos tenido el cinturón más que apretado, asfixiando. Hemos conocido lo que es no salirse del presupuesto ni para comprar un Huevo Kinder por lo que creo que podríamos volver a hacerlo si fuera necesario. Ahora bien, la cuestión es querer. ¿Queremos volver a estar así? Con la sinceridad con la que siempre escribo este blog os digo que no. Ciertamente las cosas más bonitas de la vida son gratis, pero tener dinero ayuda en muchos sentidos. Tener el descanso de no estar pasando apuros, poder comprarle a tus hijos las cosas que (dentro de un orden) te apetece, poder incluso comprarme ropa, que es algo que no había hecho en el último lustro… Es algo a valorar.
Por todo esto, aunque siempre pensamos que tres es el número ideal de hijos, tenemos claro que el chiringuito se cerró el día que tuve a Bebé. No me gusta hablar en términos absolutos, en maternidad nunca se sabe. Pero mucho tendrían que cambiar las cosas.
Foto | Nana B Agyei en Flickr CC
Dicen que quien mucho abarca poco aprieta. Yo el chiringuito lo cerré el primer año del pequeño, y el segundo año ya tiré la llave al mar. Adoro a mis hijos y creo que ser madre es lo mejor que me ha pasado, pero aquí me planto.
Mi más profunda admiración hacia las que siguen adelante y conservan la cordura. 🙂
Jajaja comparto tu opinión 🙂
Al principio de plantearme la maternidad pensaba que dos hijos era el numero ideal pero después de tener al peque (que ahora tiene 4 años) y viendo lo bueno que era y el buen embarazo que pasé, empecé a plantarme la opción del padre que quería tres.
Después vino el embarazo del gordi que fue bastante problemático y la segunda cesárea y me encontré con un bebé más demandante que además, a sus 15 meses, no para un segundo y me tiene loca así que en este plan no me veo repitiendo embarazo y cesárea de nuevo.
Por supuesto tambien esta el tema económico y mi incorporación de nuevo al mundo laboral así que creo que con dos nos plantamos y tan ricamente!!
Pues dos es un buen número, ¿no? 🙂 Abrazos!
Nosotros siempre quisimos tener mas de uno, pero por problemas de trabajo y económicos lo fuimos atrasando y atrasando. Ahora que por fin podemos permitirnos tener otro y ya tenemos un hogar propio, no viene, y así llevamos mas de año y medio. Me temo que lo dejamos pasar demasiado tiempo…
No pierdas la esperanza Rocío. Puedes probar con el método sintotérmico si no lo haces ya, eso os puede ayudar. Si necesitas cualquier cosa aquí me tienes. Un abrazo.
Me gusta tu honestidad y me parece muy buena la reflexión. Hay que saber cuando parar para que la vida siga siendo un placer cada mañana cuando comienza el día y empezamos con las prisas. Cuanta verdad cuando dices » La educación, aquello que viene cuando los bebés dejan de ser bebés, es mucho más dura que los primeros años de falta de sueño. Y la dificultad se incrementa con los años.» Será que ya estoy criando a una niña que ya no es bebè.
Un saludo.
Eso es, me ha encantado tu expresión «para que la vida siga siendo un placer cada mañana» 🙂 Abrazos!
Ay cuanta verdad!una cosa es lo que tenemos en mente antes de saber «in situ» lo que es esto de la maternidad… Tanto mi maridín como yo venimos de familias numerosas y eso es lo que soñábamos para la nuestra, pero he de reconocer que con la llegada de cuchuflin la situación nos «superó» y se nos fueron todas las ganas de tener más…(aún recuerdo cómo hablábamos de cómo lo habían podido hacer nuestros increibles padres de 6!!!!….)…si q es verdad q las cosas se van enderezando y ya nos han vuelto las ganas de tener esa familia numerosa de la que nosotros hemos podido disfrutar tantísimo (y lo seguimos haciendo). A ver si cuando llegue el segundo seguimos con las ganas… Lo suyo es tener las puertas abiertas y según la situación…pueden ser unos años un poco locos pero luego crecen y todo se «calma» y todos los «locos» que conozco con más de dos lo repetirían sin pensarlo a pesar de esos añitos… Gracias por la reflexion y a disfrutar de tus pequeños!
Gracias a ti, las cosas vienen como vienen y hay que adaptarse, verdad? Un abrazo.
Cada uno es el más indicado para saber cuánto está dispuesto a sacrificar. Porque la crianza, aunque es agradecida, es también un sacrificio. Un sacrificio económico, de tiempo, de fuerzas, de emociones… Y es para toda la vida, porque de la infancia pasamos a la terrible adolescencia (que cada vez es más larga) y después a la edad adulta. Por supuesto que si me quedase, pues adelante y bienvenido sea, pero ahora mismo bastante tengo con mi bebé de 4 meses, y tengo para rato. De hecho, no tenía ni 15 días y un familiar ya me hablaba de las bondades de darle un hermanito… Y a mí que recordar el parto me dolía! No lo hizo con mala intención, pero aquello no me sentó nada bien… En mi opinión, lo mejor es no hacer planes y tomar decisiones en función del momento.
Estoy de acuerdo contigo Kletva. Un abrazo.
Uff. Nosotros siempre hablamos de 2 o 3. Mi marido es hijo único y tenía claro que uno solo no quería. El primero nos costó. El segundo, mucho más (porque no venía, no tenemos ningún problema) Y el tercero no ocurrirá. Mi marido dice que se planta. Yo si quisiera otro… pero según el día también pienso que para qué, que tengo dos niños fantásticos que me sacan de mis casillas dia sí dia también (jeje), que están sanos y que bueno… acabo de cumplir 39 y ya no son los 30 que tenía cuando nació el primero. No se cómo llevaría lo de no dormir, lo de corretear detrás de un bebé todo el día, etc. ahora que el pequeño tiene 5 años y no me necesita para todo… ahora que puedo ir a ducharme SOLA… en fin. Muchas cosas. No hemos cerrado el chiringuito, pero tampoco lo tenemos abierto… si surge, que no lo creo, bienvenido sea. pero no le vamos a ir a buscar, por mucho que me pese.
Besos!
Pues oye, eso de dejarse fluir ya sabes que a mi me gusta mucho, aunque en este caso me pone los pelos de punta sólo pensarlo! jaja Besos.
Nosotros tenemos 3 hijos de 4 y 2 años y 9 meses, yo me ocupo de ellos todo el día y ninguno va todavía al cole (en Suiza empiezan a los 4). Reconozco que los últimos 9 meses han sido agotadores físicamente, pero sin embargo creo que mis reacciones y mi forma de actuar ante los conflictos con mis hijos se ha suavizado mucho, me enfado y grito mucho menos que antes. Cuando nació mi segunda hija recuerdo estar siempre enfadada y nerviosa por si la mayor hacía ruido y la despertaba. Pero en esta ocasión me lo he tomado todo con más calma, si el pequeño se despertaba, pues le ponía en la mochila y seguía mis actividades con las mayores, que al fin y al cabo no son tan mayores y no se les puede exigir que no corran, rían, hablen como lo hacían antes de la llegada de su hermano. Y conste que yo antes de conocer a mi marido decía que yo ni de broma tendría hijos, que vaya lío!
Qué bueno María, gracias por compartir tu experiencia, te admiro!
Jajaja, qué va! Yo admiro a la gente que es capaz de ocuparse de sus hijos y hacer otras cosas, salir, hacer alguna actividad, quedar con amigos…yo nunca encuentro tiempo, y eso es lo que más me frustra. También he de decir que el pequeño es bastante tranquilo y eso ayuda bastante, pero desde luego yo ya doy por finalizada mi etapa reproductiva, jajaja.
Desde luego! 🙂
Yo tengo una nena de casi 14 meses, nos estamos planteando tener otro y cuando venga un segundo o segunda nos plantaremos. A los dos nos apetecía tener 3 pero nuestras circunstancias hacen que nos plantemos en 2. Igual nos toca la lotería y en un futuro también nos planteamos un tercero, quién sabe
Si me toca la lotería igual me lo pienso yo también 😉
Esto parece escrito por mi jajajaja. Todas las razones que expusiste para no querer un tercero, son las mismas que tengo yo. Mi hijo mayor es autista, y mi hija menor, pues ella es más terca y voluntariosa de lo que podría explicarte. No me veo con la fuerza emocional y psicológica para afrontar otro hijo autista u otro hijo tan demandante como mi hija menor.
Amaranta, te entiendo perfectamente. Mucho ánimo!