Alegría postparto
Cuando crees que eres candidata a la depresión postparto
El embarazo de mi hijo Mayor fue malo en lo físico y en lo emocional.
Entre mis muchas comeduras de tarro, sobre todo durante los últimos meses, me dió por pensar que yo era una buena candidata a la depresión postparto. Había tenido dos episodios de depresión y ataques de ansiedad años antes, y problemas con la alimentación, todo ello junto y bien revuelto. Sumado a un embarazo complicado de llevar, sobre todo por el tema emocional.
Por otro lado, mis expectativas estaban altísimas. Mis ganas de tener hijos se despertaron con la mayoría de edad. Poco después rompí con una relación hiper-destructiva y aunque aquello, junto con el apogeo final del alzehimer de mi abuelo, me supuso mi primera depresión, aprendí a conocerme a mi misma muy muy bien.
Poniendo en orden mi cabeza, comprendí que mis prioridades en la vida iban por un camino quizá poco común para mi edad y para la sociedad en la que vivimos: yo lo que quería era formar una familia.
De modo que había pasado los últimos 9 ó 10 años de mi vida soñando con tener un hijo. Tenía puestas tantas esperanzas en que eso me diera la felicidad que en más de una ocasión le comenté a mi madre: «¿y, si, después de todo, la maternidad tampoco me llena? ¿y si no consigo ser feliz?«.
Y en lugar de eso, sobreviene una alegría sin límites
Mis peores temores no se confirmaron.
Es muy complicado plasmar por escrito lo que sentí cuando tuve a mi hijo en brazos. Las primeras semanas se me saltaban las lágrimas cada vez que lo miraba, cuando hablaba de él no podía contener la emoción y me temblaba la voz.
Los días posteriores al parto, obviando los dolores de la cesárea, fueron de éxtasis total.
Aun me sobrevolaba algún pensamiento del estilo: «bueno, ahora acabo de dar a luz, pero ¿qué pasará cuando se me deshinchen las hormonas?«.
Mi recuperación fue buena. La física y la mental. Me encontraba llena de energía, con muchísimas ganas de hacer cosas, de llevar a cabo muchos planes almacenados durante siglos (como escribir este blog). Estaba rebosante de felicidad.
La alegría postparto
Expresado de otro modo: jamás había sido tan feliz.
Cuando acudí a la primera revisión con mi ginecólogo, tres semanas después de la cesárea, le comenté que estaba mejor que nunca. Mi ginecólogo era un gran profesional pero, sobre todo, un excelente ser humano. Me preguntó si me gustaría contarle mi experiencia a otras mujeres y le dije que por supuesto. Salimos de su despacho y me llevó a la sala donde aguardaban varias embarazadas para la clase de preparación al parto, que iba a empezar en cuanto él acabara de verme a mi. Hablar con ellas fue algo extraordinario y un recuerdo que siempre llevaré conmigo. No voy a olvidar sus caras.
Me asombró ver sus rostros con ilusión, mirándome con emoción mientras les contaba cómo había sido la cesárea y lo feliz que estaba. Les dije que no tuvieran miedo, que el dolor pasa enseguida y que la recompensa es infinita. Y que igual que existe la depresión postparto debe existir la alegría postparto, sólo que quizá todavía no la recogen los manuales de medicina.
¿La euforia se pasa?
Pasados los tres primeros meses, la euforia descendió, lógicamente, sobre todo porque el cansancio fue haciendo mella. No hubiera podido mantenerme eternamente en un estado de exaltación tan intenso.
Pero la alegría nunca se ha ido. Ni a los seis meses, ni a los dos años, ni con la llegada de otros hijos.
Me siento completamente realizada y ningún trabajo podría llenarme tanto como mi papel de madre. Encontré mi lugar en el mundo.
Mi alegría tiene un nombre: el nombre de mis hijos.
¡Cuéntame! ¿Tu has vivido esta alegría postparto de la que te hablo?
Hace poco he conocido tu blog, y me encanta! Leo varios pero nunca comento, supongo q por timedez, pero hoy hago una excepción! Me he sentido muy pero que muy identificada con tu post, mis ganas de ser mamá enpezarón a los 17 años, y nadie era capaz de entender como podia querer ser mamá tan joven, como tu nombre indica, yo también iba contracorriente, siempre decia que para sentirme, llena, feliz.. Era ser mamá.. A los 20 me quedé embarazada y aqui tengo a mi chiquitina con 19 meses, junto a mi compañero de vida! Y tan feliz que soy ahora, y por fin me siento llena, realizada.. Te sigo!!!
Pues mi más sincera enhorabuena por haber cumplido tu sueño, disfrútalo mucho y lo que diga la gente échatelo a la espalda!!! Besos.
Corrección.. «empezaron»
Besos!!!
🙂
Que bien leer algo positivo, porque solo se escribe sobre lo negativo. Yo quizás no estaba tan exultante, pero si super feliz, del hospital estaba deseando llegar a casa, y al llegar a casa deseando que se fueran mis padres, vivo lejos por lo q vinieron a echar una mano y conocer a su nieto, por supuesto estaba super agradecida, pero tenía ganas de volver a la rutina y tener a mi bebé por completo para mi, bueno y mi marido.
Y la cesárea al principio parece que va a conllevar una recuperación difícil, y finalmente es increíble lo que se recupera una cada día que pasa.
A mí lo único que me empana ese nueva felicidad desde hace 4 anos es pensar que le pueda pasar algo a mi pequeñito. Del resto…la maternidad es agotadora y es renunciar a muchas cosas, pero es felicidad y comerte a besos a la criaturita cada día, y se gana taaantooo con ella…