¿Por qué es difícil hablar de los niños a partir de ciertas edades?

Me pasa con frecuencia: me apetece contaros cosas de los niños, pero enseguida me freno. ¿Por qué es difícil hablar de los niños a partir de ciertas edades? No sé si sólo me ocurre a mi; sospecho que es una tendencia generalizada: encontramos muchos testimonios de padres de niños pequeños pero en cuanto éstos crecen, el contenido personal va desapareciendo. ¿Por qué se nos hace complicado?

 

Los bebés parecen todos iguales

Aunque no todas las maternidades son iguales, ni todos los niños, sí que es cierto que los bebés pasan por los mismos hitos en un periodo de tiempo similar y los problemas que experimentamos los padres durante su crianza son muy parecidos. Noches enteras sin dormir, cólicos, llantos, dudas sobre lactancia, experiencias con el porteo, inquietud si el bebé no va cumpliendo los hitos siguiendo un cierto calendario, primeras enfermedades, efectos secundarios de las vacunas, sus primeros meses de escolarización… Temas comunes, supongo.

A menudo contamos cosas muy personales, pero al hablar de bebés podríamos decir que son temas neutros. Son alegrías y penas que comparten miles de padres del mundo, comunes a cualquier ma/pa-ternidad con independencia de nuestros principios o creencias.

De hecho, es algo realmente maravilloso cuando cuentas algo que parece que en tu entorno quizá sea único, poco frecuente, y de pronto empieza a llegarte mails y comentarios de gente que está pasando exactamente por lo mismo que tú, con las mismas sensaciones, con una identificación tan grande que… ¡magia! te sientes menos solo.

 

Con la edad, los problemas se diversifican y se complican

No es por desanimar a los que vienen por detrás, pero si los primeros años del bebé son duros, mi experiencia como madre de dos niños es que lo que viene después es aún más complicado.

Sí, seguro que tarde o temprano dormirás mejor y olvidarás los pañales, incluso esa lactancia que crees que jamás acabará. Esos primeros años son eternos pero lo cierto es que vuelan.

Y entonces, casi sin esperarlo, empezarás con otros problemas. Tan diversos que apenas puedo enumerarlos. Pero así, a bote pronto, se me ocurren todas las cuestiones derivadas de la escolarización, del aprendizaje, del ritmo del colegio, de la interacción con los compañeritos (que a veces de -itos tienen poco). Niños que tienen dificultades para controlar los esfínteres pasadas ciertas edades «estándar». Niños con problemas de salud. Niños con problemas en su familia, que con la edad se manifiestan más allá del ámbito doméstico. Por supuesto, aquí entran también problemas emocionales de todo tipo, un gran cajón de sastre, en el que cabrían, por ejemplo, la baja autoestima, la timidez o los enfados que ya no podemos calificar de rabietas.

Un sinfín de desvelos que nos dejan muy clarito que un niño es una preocupación de por vida, que no nos da respiro entre la etapa de bebé y la adolescencia.

 

Ensalzar solo lo bueno es poco realista… y cae mal

Por supuesto, los niños no dan sólo problemas.

Los peques dan momentos muy muy buenos. Es más, algunos dan muchos más momentos buenos que malos.

Y todos los niños destacan en algo. Algunos, muchísimo. Todos pueden brillar, más aún si les acompañamos.

Pero escribir sobre lo maravilloso que es un niño suena muy poco realista. Y, para ser sinceros, cae muy mal. No siempre se entiende bien.

Si alguno ha sobrevivido por ahí leyéndome estos ya más de siete años sabrá que el alardear no va conmigo.

Podría contar, por ejemplo, que Mayor lee muy muy bien desde hace mucho, que tiene un nivel de lectura superior al de su edad y que literalmente devora todo lo que cae en sus manos. Podría contar que, como Cervantes, le gusta tanto leer que ha llegado a recoger papeles del suelo con tal de leerlos. Pero no es mi estilo.

 

Los niños no son de nuestra propiedad

Para mi, la gran razón para contar lo justo es esta: mis hijos no son de mi propiedad.

Cuando son pequeños, el no dormir, las rabietas, el control de esfínteres… son lugares comunes. Son cosas que le pasan a Pepito, a Menganito y a Fulanito.

Pero cuando van creciendo, la personalidad de cada uno muestra una tendencia muy marcada y aquí es cuando empezamos a hablar no ya de un bebé, sino de un niño que tiene un entorno, unos amiguitos, unos profesores, en definitiva, de un grupo de personas que le conocen y le quieren (o no). Aquí ya no hablamos de un grupo sino de un individuo totalmente individualizado, al que además se puede reconocer con facilidad según el nivel de anonimato que tenga el blog. Y eso a mi me tira mucho para atrás.

En Mamá (contra) corriente os he contado un montón de cosas mías sin pudor alguno. Para eso lo escribo, de hecho. Compartir, aprender, crecer. Es maravilloso, sin duda, de las mejores cosas que obtenemos al escribir un blog.

Pero una cosa es hablar de mi y otra cosa es hablar de seres que, aunque salieron de mi, no me pertenecen. Siento que moralmente no estoy autorizada para contar cosas de sus vidas. Sería exponer su intimidad cuando mi papel como madre es protegerles.

 

Porque la comunidad ha crecido demasiado

Todos necesitamos contar cosas de nuestros peques. Todo eso que nos hace felices y que a veces nos quita el sueño. Pero cuando crecen, lo contamos en petit comité.

Cuando empecé a escribir este blog, se creó una comunidad maravillosa de (sobre todo) madres que compartíamos alegrías, anhelos, preocupaciones, una ilusión inmensa y muchas ganas de apoyarnos. Con el boom de la blogosfera maternal la comunidad ha crecido exponencialmente. Demasiado, desde mi punto de vista. Y eso, como es lógico, ha traído consigo lo que trae siempre Internet: una horda de personas más o menos desagradables, algunas realmente indeseables. Un ambiente en el que no parece lógico exponer temas personales de los niños si lo que queremos es protegerles.

 

Pero nos hace mucha falta hablar de niños «mayores»

Como decía antes, cuando los niños crecen, nos sigue haciendo falta hablar de ellos. Quizá como lector a veces parezca que todo termina cuando dejan de ser bebés, porque de hecho es complicado encontrar lecturas que hablen de niños «mayores». Pero no creo que sea porque desaparezcan las ganas de compartir, y desde luego no es porque deje de haber cosas relevantes que contar. Simplemente, que quizá Internet no sea el mejor lugar para compartirlo, sobre todo tal y como está el patio. ¿Quién querría exponer a su peque para que se rían de él, para que le insulten directamente? Y si pensáis que eso no sucede, siento deciros que ocurre todos los días. La gente en las redes no conoce límites.

Personalmente, echo en falta un lugar donde poder compartir con sinceridad, con humildad y sobre todo con empatía. Creo que hablar es importante. Nadie debería pasar su crianza a solas, tengan la edad que tengan sus hijos.

 

No sé qué solución tiene. En Internet, lo veo complicado. Creo que seguirá siendo difícil hablar de los niños a partir de ciertas edades.

 

Foto | SupportPDX en Flickr CC

Mamá (contra) corriente

Este mi blog personal. Hace ya diez años que empecé a escribir sobre la increíble experiencia que la maternidad había supuesto en mi vida ¡y desde entonces aquí sigo!Soy autora del e-book "Cómo lograr un embarazo conociendo tu fertilidad", en el que reúno los conocimientos teóricos y prácticos que necesitas para entender tu ciclo menstrual, interpretar tus signos de fertilidad y utilizarlos para maximizar tus posibilidades de quedarte embarazada.Además de este blog que lees, soy co-editora de Comer con Gusto y autora de otros tres blogs: Pekeleke, mi web de literatura infantil, Miss Cosméticos, mi blog de belleza y Mochilas-Portabebés.es, sobre mochilas ergonómicas.

14 comentarios sobre “¿Por qué es difícil hablar de los niños a partir de ciertas edades?

  • el 07/06/2017 a las 12:18
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    Yo te llevo siguiendo todo este tiempo. Aunque comento muy poco, eres un referente para mí porque piensas en muchas cosas exactamente como yo, a veces he pensado que nos separaron al nacer ;D
    Me pasa exactamente igual con mis hijos. Cuando eran pequeñitos ponía fotos suyas en mi facebook (sólo para mis amigos que además son amigos de verdad y familia) y según van creciendo ya no lo hago. Me parece que forma parte de su vida, su intimidad.
    Qué cosas. Es una buena reflexión la que has hecho, como siempre.

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    • el 13/06/2017 a las 12:24
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      Hola Raquel, muchísimas gracias por llevar tantos años al pie del cañón. ¡Ya tiene mérito aguantarme tanto tiempo!

      Me alegra mucho saber, además, que hay otra persona por ahí que piensa como yo, que ve el mundo como yo. ¡Es esperanzador! 🙂

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  • el 07/06/2017 a las 12:20
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    Hola! Ya me hice esta misma pregunta centenas de veces. Y, en mi caso, que escribo sobre montessori, es más fuerte porque solo hay blogs de la etapa hasta 6 años y luego ya no hay nada, puedes encontrar algo de educación pero no de niños.
    Creo que tienes razón, hablar de bebés es más neutro que hablar de un niño «mayor», justamente porque ya tiene una vida en el cole, profes, compis, ecc. También creo que a las blogueras llega un momento que da pereza de escribir, tras tantos años (a mi me pasa); ya no ves así tan interesante para contar, tienes recelo que a la gente parezca una tontería… es como cuando compras un perro; a princípio estas tan ilusionada, no entiendes nada de perros, y te apuntas a un monton de foros y haces amistades ecc pero tras unos 3 o 4 años con el perro, él ya sabe hacer las necesidades fuera, ya no es tan trasto, ya sabes como lidiar con él… para qué seguir contando en internet? Y desapareces.
    En el caso de un niño, como comentas, es aun más complicado porque alguien del colegio, por dar un ejemplo, puede leer, atar cables y usar contra del niño. A mi me ha dado mucho miedo escribir que mi hijo tiene problemas de lectoescritura, porque no sabia que consecuencias esa revelación repercutiria en las redes, pero al final fue bueno y me han dado las gracias por compartir.
    En mi caso, decidi escribir sobre montessori en la etapa de primaria justamente porque no existe ningun blog en español que lo haga, y creo que es hora de alguien hacerlo, parar de pensar tanto en ganar seguidores y visitas y sencillamente hablar de un tema que es necesario, aunque tenga de escribirlo a medida que yo también estoy aprendiendo sobre.
    En el caso de los blogs personales sin una temática, digamos, la idea es solo compartir nuestra experiencia, creo también que es importante porque no hay una tribu…. ahora, cómo hacerlo, pues no lo sé, supongo que con mucho cuidado.

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    • el 13/06/2017 a las 12:23
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      Llevas toda la razón con el tema Montessori, hace tiempo que lo pensaba. Haces bien en compartir vuestro proyecto, estoy segura de que es de ayuda para muchas familias.

      En mi caso no creo que sea pereza de escribir. A ver, es evidente que cuando los niños van creciendo y no piensas en tener más, hay muchos temas que ya no te interesan (ni leer ni escribir sobre ellos). Pero si realmente tienes interés en la crianza, siempre hay cosas que contar y siempre necesitas apoyo y consejo. El problema es que nos metemos en un terreno muy complicado.

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  • el 07/06/2017 a las 12:45
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    Pues mira, de nuevo tocas un tema sobre el que yo también llevo tiempo reflexionando. Un nuevo «ole» para ti.
    A mí aún para la pre-adolescencia me queda un buen rato pero ya empiezo a notar ese «vacío» en internet sobre cosas que empiezan a preocuparme sobre mi hija, porque en perfiles con niños de a partir de cierta edad sólo encuentro vidas idílicas y empatizo menos. Y es que, la verdad, no me importa leer en internet sobre niños que caminaron con 6 meses, porque sé que también encuentro miles de testimonios de niños que lo hicieron con 16 (por poner un ejemplo), madres y padres con dudas y miedos como los míos… así que en cierta manera cualquier cosa que encaje entre los extremos, «me relaja». Hay un escaparate donde elegir con qué «te quedas» y qué «no va contigo» en lo referente a cómo crías a tus bebés y qué parece o no parece normal en su desarrollo. Como bien dices, todos son bebés y parece que son «neutros». Pero hay poco testimonio sobre los problemas reales que empiezan a surgir cuando los niños salen del «caparazón» del hogar (me imagino a Nemo saliendo de la anémona por primera vez para ir al cole). A esta edad, su personalidad ya se ha vuelto tan y tan compleja, y sus relaciones se amplían, (¡y lo que nos queda!), que yo, la verdad, no nos veo reflejadas a en internet en ningún sitio. Quizá me serviría de apoyo leer sobre otros niños y niñas de la misma edad, con desarrollos similares e inquietudes parecidas, pero como el «rango» de normalidad ya no es «caminar con 6 o con 16» sino que es complejísimo, lo que hago es compartir lo más liviano con otras mamás de mi entorno con realidades muy similares a las mías, con afinidad y confianza real para poder preguntarles «¿esto es lo normal? ¿vuestros hijos también…?». Y lo más privado, queda en casa. Y por internet me basta con encontrar mamás como tú que me aconsejen juegos, actividades, escapadas con niños… formas de afrontar las cosas cotidianas del día a día… ¡cosas generales!. Por otra parte, quizá las mamás blogueras todavía no son, en su mayoría, mamás de adolescentes, y nos queda una nueva etapa por llegar. Pero, sinceramente, espero que no se convierta esto en un «pues mirad mi Borja Mari qué bien hace ecuaciones». Necesitaremos más mamás que hablen, entonces, de inteligencias múltiples 😉

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    • el 13/06/2017 a las 12:21
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      Hola Melibea, muchísimas gracias por extenderte tanto en tu comentario. No sé en qué derivará esto porque es cierto que ahora mismo hay mucha exhibición pero son niños relativamente pequeños. No sé si en un futuro se frenará, creo que somos pocos los padres que tenemos esta visión tan proteccionista. Y fíjate que yo soy «milleniall» 100%. Pero la vida de mis hijos no me pertenece.

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  • el 07/06/2017 a las 18:55
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    No puede estar más de acuerdo contigo. No se puede «cosificar» a los niños, no son cosas de nuestra propiedad, son personas independientes que temporalmente dependen de mi. Su vida es suya y yo no soy nadie para airearla. Por ese motivo no cuelgo nunca fotos en las que se les pueda reconocer o se les vea la cara ni cuento cosas demasiado personales, me echa mucho para atrás todo eso…
    Me ha encantado el post, comparto tu opinión punto por punto 🙂

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  • el 07/06/2017 a las 19:38
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    Toda la razón. No es que nos falten temas de lo que hablar, es que ya salimos del general «bebés» y entramos en el individual «niño», como bien has explicado tú.
    Por mi parte, en el blog intento elegir temas que, aunque nos tocan de cerca, no sean muy concretos. Pero es difícil, la verdad. Lo que no quita que hagan falta. Como madre lectora, echo de menos este tipo de blogs. Desde hace tiempo me vengo preguntando cuántos blogs de los que ahora hablan de sus bebés quedarán dentro de unos siete años. Habrá que esperar…

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    • el 13/06/2017 a las 12:19
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      Bueno, yo he seguido en redes a alguno de esos perfiles que hacen de la vida de sus hijos un auténtico diario y debo decir que a pesar de que los niños ya son incluso mayores que los míos, ahí siguen mostrando su día a día punto por punto. Creo que ese tipo de padres siempre va a existir. Lo que quisiera saber es qué dirán los niños cuando sean mayores de verdad.

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  • el 15/06/2017 a las 12:29
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    Una vez más comparto tu opinión 100%. Cuando son bebés todo se nos hace un mundo, pero al final son cosas que más o menos universales, pero luego la cosa se complica y ufff los niños necesitan que respetemos su intimidad. Haciendo una cierta analogía, a veces también echo en falta que se trate el tema de las discrepancias y las discusiones conyugales a cuenta de la crianza, pero apenas se hace, y claro es lógico porque está implicado otro adulto. Sin embargo con los niños en algún momento también hay que echar el freno y parar de compartir ciertas cuestiones, porque es verdad eso de que todo bonito no puede ser, y lo feo… jo, qué rabia si mi madre se lo contó a la abuela que el otro día hice esto mal, ¿está bien que se lo contemos a «todo el mundo»? Es complicado, sí, y a veces creo que en unos años, no sé cuántos, este boom de los blogs de maternidad dará un cambio aunque no sé muy bien cómo…

    De momento yo me quedo por aquí porque me encantan tus recomendaciones (aparte de las de libros, gracias por pekeleke) y también a mí ahora que mi hijo ha cumplido los cinco años me cuesta encontrar blogs que aconsejen juegos, actividades, cuestiones de crianza respetuosa… Así que con la frecuencia que tú consideres, ¡ánimo que seguimos aquí!

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    • el 15/06/2017 a las 12:32
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      Hola Laura, ¡muchísimas gracias por tu apoyo! En la medida en que el respeto a la intimidad de mis hijos me lo permita, seguiré compartiendo mis inquietudes y nuestro día a día. Un abrazo para ti también.

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  • el 15/06/2017 a las 12:54
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    Me alegra mucho haberte leído hoy. ¡Qué razón tienes!
    Precisamente hace unos días me comentaban que mi blog empezaba a carecer de contenido personal.
    Mi hija tiene ya más de cuatro años y la última vez que hablé abiertamente de ella fue hace un año, en la adaptación escolar… Pero claro, ¿y si no quiere que hablen de ella?
    Y es que, cuando empiezan a tener su propia personalidad, es como si les faltaras al respeto.
    Pero sigo queriendo hacerlo bien y me surge la misma cantidad de dudas, o quizás más. Pero las acabas resolviendo hablando en «petit comité» con otras mamis de la escuela o familiares cercanos, como bien dices.

    Por otro lado me encanta ayudar a quien me pregunta porque está pasando por los mismos miedos que pasé yo hace unos años.
    Así que de momento seguiremos ahí, en bucle, rememorando esa etapa tan bonita cuando aún los podíamos llamar «bebés».

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    • el 16/06/2017 a las 10:30
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      Te entiendo. Está claro que aquí ha pasado igual, el contenido personal se ha ido recortando de manera irremediable. No es nada fácil este tema.

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