Vivir en las sombras
Hace unas pocas horas he leído este excelente post del blog Mamá Periodista, Las sombras de la maternidad, y he pensado que hoy era un buen día para escribir sobre algo que algunas sabéis (muy) bien y otr@s intuís: vivo en las sombras desde hace una larga temporada.
Dentro de poco serán cuatro años de maternidad a tiempo completo, de los cuales los últimos quince meses han sido espantosos.
Junto con otras cuestiones que han hecho de 2012 y 2013 dos años malísimos, lo que ha marcado esta temporada es algo muy claro: Bebé es un niño de alta demanda en toda regla. No duerme, no come, mama mucho y con urgencia, llora y se queja como si no hubiera mañana, no se entretiene con nada (debe ser el único niño del planeta inmune a Pocoyó), sólo quiere estar conmigo y tiene un desarrollo bastante superior al que le corresponde por edad. Tener un niño de alta demanda, ahora lo sé, es devastador.
Que mis cotas de felicidad están por los suelos es un hecho. Pero también lo es que, afortunadamente, me ha pillado en un momento de mi vida en el que tengo muchas certezas y, en concreto, la certeza de que todo esto pasará. Si todo lo que me ha pasado en el último año me hubiera pasado cuando nació el primero, me hubiera arrasado (y desde luego sería hijo único). Ahora (ni idea de dónde sale) tengo fuerza para estar escribiendo esto cuando son casi las 3 a.m. y a las 7 a.m. estar ya en pie dándole caña al trabajo tras cuatro horas de sueño interrumpido constantemente. Esa es la fuerza de las madres. Lo que no se haga por un hijo no se hace por nadie.
Poco he hablado del tema. Más allá del efecto anticonceptivo que mis palabras puedan tener, de entre las muchas cosas interesantes que contaba Patricia en su post de hoy, extraigo otra razón por la que no me apetece compartir nada de esto: necesito evadirme de otra manera. Sí, después de cuatro años de maternidad, después de más de la mitad de ellos absolutamente extasiada, ahora necesito dedicarme a otras cosas. Ya no me alivia compartir mis sombras más allá de mi círculo íntimo. Ahora, el mínimo rato que tengo libre, interrumpido una y otra vez, me apetece hacer cosas que pensé que nunca volverían a interesarme. Cosas tan profundas como pintarme las uñas, volver a visitar blogs de maquillaje, moda y cocina, ver telebasura, investigar que es eso del whassitape (o como se escriba) y soñar con todo lo que haré el día que mis hijos me dejen ir al baño sola.
Estoy agotada y mil adjetivos más. Podría escribir hojas y hojas relatando mis cuitas diarias, pero ya no, ya no me apetece. Ese momento ya pasó.
Porque a la gente hay que contarle alegrías y cosas bonitas, que para penas ya tenemos cada uno lo nuestro.
Hola preciosa! Sabes cuánto te entiendo!! Este post podría haberlo escrito yo. a raíz de mi post Lo que callamos y del de ayer de Mami Periodista hemos pensado crear una sección fija en mi blog que contenga los enlaces a los posts que toquen el tema de «Las sombras de la maternidad» esta tarde intentaré publicarlo.
Si te apetece enlazo tu post.
Te mando un abrazo enorme!
Sabes que te leo en silencio, ¿verdad? Es que no sé si te lo he dicho. Me parece genial lo de la sección, cuando tenga algo te avisaré, aunque ya te digo que en principio prefiero no remover mucho las heridas. Besos!
Yo también leí ayer el post que mencionas y me gustó mucho. La maternidad como todo, tiene sus luces y sus sombras y criar como sentimos que necesitan nuestros hijos es a veces agotador, física y emocionalmente. Aunque para mí él verlos crecer felices y llenos de vida, lo compensa todo.
Ánimo guapa!!
Gracias guapa, un beso grande.
Haces muy bien en buscar evadirte. Vivo aterrada pensando en que me ‘toque’ un niño de alta demanda, porque os leo a varias y aún no sé cómo sobrevivís (muchas veces, vosotras tampoco). Creo que son necesarias ambas cosas. Por un lado, reconocer la dificultad que entraña ser madre, que está ahí aunque tengan al niño más tranquilo del mundo. Por otro, decir sin temor a ser criticadas que nos apetece hacer otras cosas, que somos madres pero mucho más, que tenemos derecho a tener otras aficiones o distracciones que nos enriquezcan o nos alivien. Los escasos minutos que los peques te dejen libre, píntate las uñas de mil colores y ve por lo positivo de la vida. La vida y la maternidad están para disfrutarlas, una vez desahogadas hay que seguir adelante. Como bien dices, esa es la fuerza de las madres.
Tu lo has dicho: sobrevivimos. De hecho has utilizado una palabra que uso a menudo, sobre todo cuando siento que no puedo más. Digo: sobrevivo, pero esto no es vivir. Es una frase muy perjudicial, lo sé, pero tantas veces se me sale sola…
te entiendo, llevo una época muy mala, Lola exige mucho, y estoy agotada. Tengo suerte, de que ultimamente duerme, pero también la época en la que no dormía fue fatal. Entiendo cuando dices que ya llega la hora de cambiar, de buscar otras cosas qué hacer. Yo estoy en ello, aunque me resulta muy complicado desconectar. Para que te voy a engañar.
Eva, mucho ánimo, un beso enorme
Lo sé, sé cómo estás, y eso que por desgracia no podemos coincidir mucho. Me sabe fatal, me encantaría poder relevarte un poco. Besos.
Hola preciosa,
Imagino que es agotador, aún recuerdo cuando por twitter aparecías con los ojos mapachiles, de no haber dormido apenas, y te decíamos que sería algo corto, que pasaría enseguida. Ya veo que es por motivos de bebé de alta demanda, que es muy satisfactorio, sí, pero como bien dices, agotador, o devastador.
Es cierto que la gente suele querer escuchar buenas noticias, que suficiente malas son ya en el ámbito general, pero también es un desahogo el escuchar, leer y escribir las cosas que nos pasan y pasan a las demás mamás. Así que, me alegro que haya pasado el tiempo de las cosas «malas», pero si es necesario, aquí estamos, eh!!
Mil besos, y a mejorar!
Los 10 primeros meses pensaba que todo pasaría, que quizá sería mañana. Luego empecé a interiorizar que esto que nos pasaba no era algo que fuera a mejorar de un día para otro y que entraba dentro de ese perfil tan definido de la alta demanda. Parece mentira, pero eso me ha ayudado a llevarlo de otra manera, al menos ahora no tengo ya esa «ansiedad» de creer que mañana puede ocurrir el cambio.
Besos :.-)
Aquí estaremos siempre que quieras compartir tanto las luces como las sombras. Como dice la canción todo pasa y ojalá que este momento de crisis existencial y desánimo generalizado sea pronto un vago recuerdo en un mar de felicidad.
Un abrazo grande.
Otro para ti, muchas gracias por tu apoyo, por estar siempre ahí. Besos.
Había empezado a escribir un comentario, pero me ha quedado tan largo que lo he convertido en una entrada en el blog, así que me sumo a la iniciativa de Ira.
Os he enlazado vuestros post sobre el tema. Un saludo!
Pasé por allí, te mando un beso 🙂
Debe ser durisimo lo que estas pasando, pero como bien dices pasara. Y como se dice las penas compartidas son menos penas. Es muy sano deshaogarse. Un besazo y muchísimo ánimo!! Eres una madraza!
Gracias por tu cariño, Bee, no sabes cómo lo valoro!
Mucho ánimo y paciencia!! Y aprovecha esas ganas de hacer otras cosas, claro que sí! Es muy sano y te va a ayudar seguro. Un besazo!
Besos guapa, gracias por pasarte y dejarme tu comentario.
Primero mucho animoooo, te lo,digo yo que estoy casi tirando la toalla, y eso q sólo tiene 5 meses!!! Primero fue x los cólicos, lloraba todo el día y no dormía, ahora ya no tiene cólicos pero sigue despertándose 7 veces x la noche, acabo mentir dobla en la cama por el bien de mi salud mental y x miedo a q un día se me caiga cuando voy como zombie por el pasillo, q bonita la maternidad pero q j…. A veces
Muaaaaa guapa
Se me olvidaba decirte q guay con eso de hacer lo q te apetece en esos momentos de relax, viene de lujooooo aunq sea encerrarte en el baño x un momento
No sé ni qué decirte! Porque si te digo que ánimo, que pasará… es que quizá no me lo creo ni yo!! jejeje A ver, pasar pasará, pero no sé cuándo. En los primeros meses me fui marcando «hitos» en los que pensaba que todo mejoraría, pero no ha sido así, y realmente no sé si vamos a mejor o a peor… y hoy son 15 meses. Así que es más sincero y realista decirte que, al menos, aquí me tienes para desahogarte. Besos.
Gracias por tus ánimos 🙂
Te dejo mi primera entrada sobre el tema 🙂 por si te apetece leerla
http://www.retazoscondulce.com/2013/07/luces-y-sombras-de-una-mama-primeriza.html
besotes
Me quedo con tu última frase «Porque a la gente hay que contarle alegrías y cosas bonitas, que para penas ya tenemos cada uno lo nuestro.» Una verdad como un templo, qué distintas serían las cosas si intentásemos no quejarnos sin motivo ni ver sólo lo malo de las cosas, sino buscar lo bueno y repartir optimismo. Ahí es cuando se demuestra nuestra verdadera fuerza, esa de la que hablas. Ánimo, sigue así. Me apunto la frase para repetírmela cada mañana, que nunca está de más.
Un abrazo.
A veces hay que repetírselo una y otra vez, no te creas que no me cuesta. Pero lo creo firmemente, así que intento aplicarlo. Besos!
Decirte que te entiendo sería ser redundante. Sé exactamente lo que sientes y además no podría haber entendido mejor tus ganas de cambiar de tema, de actividades y de modo. Eso es algo que me viene pasando tofo este año y que se nota en todo, en como me visto, en como hablo, en lo que escribo. Por fortuna sabemos que todo pasará y que llegaran unos días e que todo esto parecerá realmente lejano. Un abrazo.
Estamos igual entonces, en mi caso ha sido algo paulatino pero ahora mismo lo noto clarísimamente, cuando desconecto, necesito que sea totalmente, cambiar absolutamente de tema. La vida son etapas, ¿verdad?. Besos.
Mi peque de 3 años es hija única y, probalemente, seguirá siéndolo. Cumplía 9 de los 10 ítems que los define y saber que aquello era más habitual y que no fuese que yo «lo estaba haciendo mal», empezó a reconfortarme un poco. Mucha gente no comprende que no queramos tener otro bebé, pero me aterra sólo el pensar pasar otra vez por aquello y más teniendo ya otra hija que también sufriría.
Mª Ángeles, yo creo que nadie que no lo viva puede saber de lo que hablamos. Te comprendo totalmente.
Hola! Muy delicada y exacta entrada! Pues yo tambien he vivido esos pequeños nadas que poco a poco me acercaban a mi misma, después de tres bebes en 40 meses… Me acuerdo de ni siquiera poder mirar por instantes el sol poniendose sobre el balcón… Bueno, te deseo que poco a poco esas pequeñas cosas te traigan lo que necesitas, que al final es tan sencillo como respirar.
Seguro… gracias guapa.