La Niña ha superado ya los dos meses de alimentación complementaria sin triturar.
Iba a denominarlo baby-led weaning pero como lo hemos ido adaptando a nuestras necesidades (que ahora te voy a contar), no quiero que los más puristas me digan que eso no es BLW. Seguramente llevarían razón.
Creo que el término correcto para definir lo que estamos haciendo es alimentación complementaria sin triturar, libre de papillas o directamente con sólidos.
Había muchos días que sentía que el baby-led weaning no era para mi. Tenía muchas dudas sobre qué alimentos ofrecerle y en qué forma, me costaba organizarme y me ponía mala la gran cantidad de comida desperdiciada… y de mi propio esfuerzo, que se iba directamente al estómago de la perra.
Pero en este post que publiqué en Instagram recibí muy buenos consejos y cambié totalmente el chip. Decidí seguir adelante sin imponerme tanta presión. Al cabo de un par de semanas noté una mejoría importante, tanto por mi parte (menos estresada) como por parte de la niña (que de la noche a la mañana comenzó a mostrar un interés evidente por ingerir lo que manipulaba y no tanto por guarrearlo).
Lo mejor de mi cambio de chip, y de hacer caso de los buenos consejos que tantas mamás 2.0 me dieron en ese post y en los días siguientes por otros medios, es que me di permiso para orientar la alimentación complementaria como yo viera oportuno. Sin rigideces. Sin empeñarme en hacer un baby-led weaning absolutamente puro en el que, por ejemplo, yo no pudiera darle de comer o no le pudiera ofrecer un alimento triturado si surgía la ocasión.
Parecerá una tontería, pero concederme esa flexibilidad para mi fue un cambio fundamental y creo que es la clave de que ahora mismo esté tan contenta. Me permitió prestar más atención a las señales de mi hija, identificando lo que me iba pidiendo, y así adaptar la introducción de los alimentos a lo que ambas necesitábamos.
¿Por qué no estamos haciendo un BLW «puro»?
En las primeras semanas tras comenzar con la alimentación complementaria, empezamos a notar de manera muy evidente que la niña quería que la diéramos de comer. Había dos gestos que repetía en cada comida que eran muy significativos:
El primero, que se echaba hacia delante para intentar coger de mi cubierto cuando yo comía, e incluso abría la boca a mi ritmo.
El segundo, que se la notaba frustrada cuando determinados alimentos se le escurrían constantemente y no conseguía comérselos y/o al final se le terminaban cayendo.
Un día probé a darle alguna cosita con tenedor ¡y se lanzó como una fiera! Éxito total.
Así que aunque en el baby-led weaning no se alimenta al bebé sino que éste es el que coge los alimentos o el cubierto sin intervención del adulto, yo le estoy ofreciendo algunos alimentos, algunos días, en algunas comidas.
Para mantener lo que yo considero que es la esencia, es decir, que el bebé pueda autoregularse, cuando soy yo la que la alimento procuro estar muy atenta a sus señales y evito siempre el típico cebamiento tradicional de cuando se le da una papilla al bebé. No la embucho sino que pincho, se lo acerco y dejo que sea ella la que abra la boca y venga hacia el cubierto. Digamos que simplemente la ayudo pero dirigiendo siempre ella. Y en cuanto veo que no quiere más, lo dejo.
Alimentación con sólidos por el adulto
Esto que estoy comentando no lo hago en todas las comidas ni con todos los alimentos, ni siquiera todos los días.
La Niña come sólidos, sin triturar, normalmente por si sola, y solo la echo un cable en determinadas ocasiones.
Normalmente soy yo la que la ayudo si:
Le voy a dar algo que yo sé que ella tiene dificultades para comer pero que disfruta comiendo, por ejemplo:
Trocitos de pera o de aguacate, que se le escurren muchísimo.
Trocitos de tortilla, que se le rompen y se desperdicia mucho por el camino.
Boniato asado, que por su textura es casi un puré y le cuesta manipularlo aún con la , aunque a veces lo que hago es pre-cargársela.
Con preparaciones tipo porridge, cuscus o bulgur, que es una guarrería que ella meta la mano y se frustra porque no se alimenta al ritmo que ella quiere.
Por las noches cuando ya está bañada si el alimento va a manchar mucho, considerando además que esa cena pre-acostarse suele ser muy poquita cosa.
Como decía antes, en todas las comidas le pongo variedad de cosas que pueda comer por ella sola. Si en ese momento hay algo que le voy a dar yo, me lo pongo en un ladito y se lo voy ofreciendo en función de su interés, dejándola siempre que lo combine con lo que ella tiene en su propio plato. De esta manera ella come lo que le apetece con sus manos y si quiere algo de lo que yo le puedo ofrecer con cubierto bien y si no, también.
Cómo es la alimentación complementaria libre de papillas
Para mí esta experiencia está siendo mágica.
Es verdad que las primeras semanas me costó confiar y relajarme. Pero cuando ves por primera vez a tu bebé, tan pequeñito MASTICAR… Wow, ¡es increíble!
Me ha costado tres hijos ver esto en directo pero qué alegría vivirlo, es algo que no tiene precio. Había visto vídeos que casi me costaba creer. Comprobarlo en mi propio bebé es fascinante. El instinto que tienen, tan chiquititos, de masticar un alimento y moverlo en la boca casi como un adulto. Y todo eso ayudándose simplemente de las encías y el paladar.
También ver cómo con el paso de los días cada vez coge mejor los alimentos me parece algo increíble. Al principio se le escapaba muchísimo, luego fue agarrando mejor pero no atinaba bien en la boca… Ahora controla más, sobre todo la comida menos escurridiza y rara vez no atina en la boca. Está a punto de terminar de perfeccionar la pinza… Son muchísimos avances de psicomotricidad fina en muy poco tiempo, ¡es un gran entrenamiento, de hecho!
Yo tenía dudas de si un bebé podría alimentarse sin tomar papillas y ahora me pregunto por qué se instauró en la cultura popular la creencia de que los bebés pequeños tomaban triturados si no hay más que observarlos para darse cuenta de que no es necesario. ¿Para qué complicarse con purés cuando ellos pueden comer comida blandita y chafada sin problema, prácticamente lo mismo que los demás? ¿Para qué ofrecer extrañas muestras, alejadas de la comida que comemos el resto de la casa? ¿Tiene sentido enseñarles a comer purés cuando en unos meses tendrán que hacer la transición a los trozos?
Nunca pensé que lo tendría tan claro, pero es lo que mi hija me enseña cada día. La fruta, por ejemplo, que es algo que a mi me parecía implanteable… Pues no hay más que verla. Kiwi, naranja, fresas, plátano, ciruela… son frutas que no tiene ningún sentido triturar porque cualquier bebé las gestiona sin problema. Y así con un gran listado de alimentos: hamburguesas de pollo o ternera, patatas y boniatos (cocidos, asados o incluso fritos), aguacate, tomate, brécol, coliflor, tortilla, ensaladilla rusa, pisto, pasta. Realmente hay muy pocas cosas que yo vea que no son adecuadas.
¿Cómo le preparo los alimentos?
Estoy intentando no complicarme la vida porque tengo muy poco tiempo y muchos más niños que manos 😉
Me gustaría hacer cosas muy chulas que veo en redes pero no me puedo permitir ahora mismo dedicarle tanto rato. Quizá más adelante.
Así que la mayoría de los días tiro de cosas sencillas y que no me pongan la cocina sucísima. Algunos ejemplos:
La carne se la ofrezco en hamburguesas o albóndigas. Tal cual o mezcladas con algo. Por ejemplo, ponerle a la carne picada cruda alguna verdura queda genial.
El pescado suelo hacerlo a la plancha.
La verdura cocida, lo mínimo indispensable para que esté blanda pero no se le deshaga al cogerla. Uso mucho la verdura congelada del Mercadona, me parece muy práctica porque no se me pone mala y saco sólo las cantidades que necesito.
El boniato suelo hacerlo asado, bien abierto longitudinalmente o bien en palitos, como si fueran patatas fritas. Nos encanta a las dos.
Las patatas suelo hacerlas cocidas.
Hago muchas mezclas de verduras, picaditas bien pequeñas, y luego pochadas. Luego las meto en las hamburguesas de carne o las utilizo para preparar bulgur, arroz integral o cuscus. Me parece un recurso fácil para comer varios alimentos a la vez.
A la niña le encanta el porridge así que lo hago con bastante frecuencia, para merendar. Voy variando las frutas que le pongo dentro: a veces pera, a veces plátano, a veces trocitos de fresas… Aquí es donde aprovecho para ponerle la manzana rallada (ya que entera sería peligrosa). Cuando le pongo manzana suelo echarle un pelín de canela y coco rallado y le encanta y huele a Navidad maravillosamente 😉
El aguacate se lo ofrezco con mucha frecuencia porque es un alimento que yo como a diario y a ella parece encantarle también. Se lo doy tal cual, en palitos, o alguna vez preparo un guacamole y se lo doy con cuchara.
Para los días que tengo un poco de tiempo y ganas de probar cosas nuevas, he encontrado recetas fáciles en estos dos libros:
Yo los tengo en mi lector de Kindle en el móvil y así los llevo siempre a mano.
Además, aunque no los siga al pie de la letra, me han servido de inspiración y ya empiezo a atreverme a preparar yo mis propias mezclas.
Dan muy buenas ideas de recetas para bebés que empiezan a comer sólido, para que puedan masticar.
¿Cuántas comidas hace un bebé de 8 meses?
Otra cosa que me ha enseñado este tipo de alimentación es que no tengo que estar cumpliendo las expectativas de nadie sino simplemente escuchar a mi hija y ver qué necesita y cuándo lo necesita.
Por ejemplo, todavía no desayuna porque se pasa la noche mamando y se levanta a tope de leche. Hasta la hora de comer puede estar perfectamente, normalmente haciendo alguna toma corta de tetita entremedias, sobre todo antes o después de su siesta de media mañana.
En este momento, con 8 meses y medio, hace tres comidas diarias: comida, merienda y una cena muy muy ligera. Todo lo demás, pecho a demanda.
No tengo pensado cuándo empezará a desayunar. Iremos viendo en función de lo que necesite, es cuestión de observar e ir probando, sin agobios.
¿Qué come mi bebé de 8 meses?
La peque tiene ahora mismo 8 meses y medio y ha probado muchísimas cosas.
Que yo recuerde (seguro que me dejo algo), ya come:
Calabaza en el micro o asada, sola o en otras preparaciones.
Patata cocida, sola o en otras preparaciones.
Boniato, normalmente asado.
Cebolleta.
Judías verdes, cortadas muy pequeñas dentro de pequeñas albóndigas.
Zanahoria, hecha en el micro, para comerla sola o dentro de alguna comida.
Brócoli. Cocido o al micro, le gusta mucho.
Bimi, que viene a ser lo mismo que el brécol pero con el tallo más largo.
Coliflor. Cocida, le gusta mucho pero chorrea un montón.
Cebolla, cocinada en otras preparaciones.
Pimiento rojo, verde y amarillo, a la plancha en bastones o dentro de cualquier otra comida.
Calabacín.
Berenjena.
Champiñones, cortados muy pequeñitos en otras preparaciones.
Guisantes, mezclados en otra preparación.
Ternera, en carne picada. Le hago hamburguesas (simplemente la carne y vuelta y vuelta en la sartén) o albóndigas (mezclando con otros ingredientes). Le encanta.
Pollo, en carne picada, en pequeñas hamburguesas hechas a la plancha.
Pan integral y sin sal. El único sitio donde lo encuentro es en Mercadona. Son como panecillos pequeños. Los corto por la mitad, los congelo y voy sacando cuando necesito. Le encantan.
Arroz, en bolitas con otros alimentos o mezclado con verduras y dándoselo yo con cuchara. Procuro que sea integral.
Avena, bien para hacer albóndigas o bien para hacer un porridge que puede tomar solo o con mini-trozos de fruta. Lo come como una lima.
Plátano. Solo o mezclado con avena. No le entusiasma.
Fresas. Le encantan. A mordiscos la fresa entera si está bien madura, a trocitos más pequeños dados por mi algunas veces o dentro de un porridge.
Pera. Normalmente se la mezclo con avena porque si no no hay forma de que la coja, se le resbala mucho. Pero cada vez la coge mejor incluso aunque choree.
Manzana. Rallada dentro del porridge.
Aguacate. Le encanta. Untando en el pan, comido a mordiscos, ofrecido por mi con tenedor o en guacamole.
Tomate. Untado en el pan, a bocados o bien en otra preparación.
Aceite de oliva.
Garbanzos, en hamburguesas por ejemplo.
Lentejas, igual que los garbanzos.
Kiwi gold, a trocitos, normalmente se lo doy yo porque lo pierde todo con las manos.
Naranja, a trozos, se la come ella sola. Le encanta.
Ciruela. Ahora no es temporada pero le ha encantado comerla cuando estaba en el mercado.
Bulgur.
Cuscus.
Merluza. A la plancha.
Bacalao. A la plancha.
Salmón. A la plancha.
Almendra molida.
Coco rallado.
Canela.
Huevo.
Diría que come con normalidad todo lo que puede comer con su edad, que es prácticamente cualquier alimento excepto los que no son recomendables.
En esta infografía de Juan Llorca podéis ver cuáles son esos alimentos a evitar antes de cumplir el año:
La importancia del hierro en la alimentación complementaria
Una de las razones por las que se considera que los bebés deben empezar a tomar otros alimentos además de la leche en torno a sus seis meses de vida es porque necesitan obtener hierro. Un mineral indispensable para nuestra salud ya que permite, por ejemplo, que el oxígeno circule por el cuerpo. Seguro que has oído hablar de la anemia, ¿verdad? Pues bien, parece ser que el déficit de hierro es una carencia nutricional relativamente frecuente en los niños.
¿Qué hacer? Pues la recomendación es priorizar los alimentos que aportan hierro a la dieta del niño.
¿Cómo lo hacemos? Debemos saber que hay dos tipos de hierro: el «hemo«, que es de origen animal y el «no hemo«, que es de origen vegetal.
El hierro «hemo», es decir, el que está en la carne y el pescado, se absorbe mejor, pero sabemos que consumimos demasiado en nuestra dieta occidental y eso no es bueno. Por ese motivo, es buena idea ofrecer mucho hierro «no hemo», al que podremos ayudar a mejorar esa absorción combinándolo con otros alimentos.
¿Cómo ayudamos a la absorción del hierro? Muy fácil:
Ofreciendo alimentos ricos en vitamina C en la misma comida. Esa «combinación» de hierro + vitamina C hace que se absorba mejor por el organismo.
Poniendo a remojo las legumbres o los cereales y tirando luego ese agua.
No abusando de los productos lácteos, ya que inhiben su absorción.
Ya sé que si es la primera vez que lees esto te parecerá súper farragoso pero de verdad que no lo es. A mi me costó interiorizarlo pero una vez que lo he metido en mi mente, es muy sencillo.
Te dejo una infografía buenísima de NutriKids sobre las necesidades de hierro en función de la edad del bebé y en qué proporción se encuentra en los alimentos:
Recomendaciones sobre alimentación complementaria de la AEPED
Te voy a recomendar dos documentos oficiales sobre alimentación complementaria que son un tesoro.
Buenísimas las dos guías, para mi son imprescindibles.
Inspirarse y obtener información acerca de la alimentación complementaria del bebé con sólidos
Como tantas cosas en la crianza, la falta de tribu es un problema en la introducción de la alimentación complementaria, muy especialmente si has decidido no ofrecer papillas. En cuanto te sales del camino oficial de los purés y la introducción de alimentos como antaño, hay poca información. Hay poca gente que practique BLW (o al menos que se atreva a decirlo en público) y muy poca gente con quién compartir las dificultades del día a día.
Por eso te voy a sugerir algunas webs y cuentas de redes sociales en las que puedes encontrar muy buena información y una comunidad muy activa en la que apoyarte si en algún momento tienes dudas:
Ya te he hablado en otras ocasiones de Iria Quintáns, una dietista nutricionista maravillosa, gran divulgadora, que está absolutamente centrada en la maternidad y la infancia. Tiene una página estupenda y su Instagram es oro puro. Sus stories aportan un montón de información relevante sobre alimentación complementaria, al igual que sus posts.
Te recomiendo la página de Sara Traver, Natural Wean. Es una gran experta en alimentación complementaria autoregulada o baby-led weaning. Se aprende muchísimo de ella. Seguidla también en redes, para mi suInstagram BLW España es un must.
Pues bien, te recomiendo que les sigas a ambos en sus cuentas de Instagram. La de Begoña se llamaHappy Recipesyse aprende un montón, además son recetas bastante «realistas» en cuanto a ingredientes y tiempo de preparación.
Otra cuenta de Instagram que ME ENCANTA y con la que disfruto muchísimo es Baby Led Wean Team. Los protagonistas son dos gemelos, niño y niña, que tienen más o menos un mes y medio que mi hija. Su mamá es una experta en BLW, de hecho tiene otros 5 hijos con los que ha aprendido un montón en sus años de maternidad, ¡te puedes imaginar! Ahora mismo está con un proyecto que es introducir a sus bebés 100 alimentos nuevos antes del año, a razón de 5 novedades cada semana. Me parecen una familia genial, encantadores y muy positivos y me encanta ver a sus hijos comiendo… ¡da gusto cómo mastican! Esta mamá me ha dado muchísimas ideas y sobre todo el poder ver a sus hijos en vídeo comiendo, viendo cómo gestionan la comida ellos solos, me ha apoyado una barbaridad. No es lo mismo que tener una amiga cerca pero te aseguro que me reconforta.
En definitiva, la experiencia con la alimentación complementaria sin triturar, directamente con sólidos y sin papillas para mí está siendo única. Nunca vi a mis hijos mayores masticar tan pequeños y es realmente fascinante comprobar que bebés tan chiquititos son capaces de comer por sus propios medios, aún sin tener dientes. Los avances que va haciendo gestionando la comida y poder ofrecerle los alimentos tal como son es toda una experiencia. Para ella y para los demás que la vemos aprender.
Si estás dudando, yo te animo a que te atrevas porque estoy segura de que aunque quizá los comienzos puedan ser complicados, enseguida le vais a pillar el tranquillo y es merece mucho la pena.
Venga, cuéntame, ¿cómo llevas esto de la alimentación complementaria sin triturar?
Este mi blog personal. Hace ya diez años que empecé a escribir sobre la increíble experiencia que la maternidad había supuesto en mi vida ¡y desde entonces aquí sigo!Soy autora del e-book "Cómo lograr un embarazo conociendo tu fertilidad", en el que reúno los conocimientos teóricos y prácticos que necesitas para entender tu ciclo menstrual, interpretar tus signos de fertilidad y utilizarlos para maximizar tus posibilidades de quedarte embarazada.Además de este blog que lees, soy co-editora de Comer con Gusto y autora de otros tres blogs: Pekeleke, mi web de literatura infantil, Miss Cosméticos, mi blog de belleza y Mochilas-Portabebés.es, sobre mochilas ergonómicas.
2 comentarios sobre “Alimentación complementaria sin triturar: nuestros primeros meses”
Hola!! Un post muy completo y muy útil. Yo hice lo mismo, a grandes rasgos, con los dos. Primero informarme muchísimo, porque lanzarse a esto sin saber por qué ni como es peligroso (como muchas otras cosas). Luego me dí cuenta, como tú, de que el purismo no es lo mío, que yo en el día a día no podía ponerme radical porque necesitaba más flexibilidad y que si los fines de semana que viajábamos a ver a la familia le(s) dábamos triturados (no era plan de que en casa de otro nos pusiéramos a ponerlo todo perdido tantas veces al día) pues que no pasaría nada (si lo piensas detenidamente, ¿qué va a pasar????). Así entendí que lo que yo iba a hacer no era BLW, como bien dices, sino mi propia versión de alimentación autoregulada. A grandes rasgos, que iba a dejar que la niña (luego tb el niño) probara cosas enteras poco a poco en vez de darle papillas enormes de mil cosas juntas (aunque es verdad que, si comparas con los de su edad que comen triturados, tienes la sensación de que se va a morir de hambre y primero da miedito).
Te hablo de hace seis años, y ya sabes que esto de la crianza pasa de ser desconocido a ser moda en cero coma, así que por aquel entonces fue muy controvertido en casa, con la familia, y tampoco lo comenté prácticamente con nadie de mi entorno. Pero, de nuevo, el hecho de que esta fuera «nuestra manera de comer» y que fuera casi privado lo convirtió en una etapa muy especial. Es verdad que primero lo pasaba fatal y sufría un montón («no ha comido casi nada en dos días», «no hay manera de que pruebe tal cosa») pero tenía mucha fe en que aquello serviría para que a la larga los niños disfrutaran de los sabores y poco a poco vi como aprendía(n) a sostener mejor las cosas con las manos, luego con cubiertos, pinchar, hacer pinza con los dedos… cada pequeño avance (un gran avance y tres pasos hacia atrás, muchas veces) era increíble. Y la alegría con la que recibía(n) cada plato… después de haber visto tantos niños cerrar la boca y sufrir comiendo (como sufría yo de pequeña) me parecía lo más.
Claro que entonces yo trabajaba en casa y eso facilita las cosas, no sé si me habría atrevido a ceder la responsabilidad a abuelos o cuidadores. Seguramente no.
Y, por último, recuerdo aquella etapa como muy breve. Aprenden tan rápido que piensas que estarás toda la vida limpiando el suelo, la trona, la silla… y en realidad en poco tiempo dejan la bandeja vacía sin que caiga nada. O sea que las manchas al final no son excusa si uno quiere probarlo. Yo, junto con el porteo, es de las cosas que más he disfrutado de la etapa de bebés. 100% recomendable.
Por cierto, ahora comen de todo y bastante bien, aunque son mucho más selectivos que antes pero son dos niños que, como mínimo, lo prueban todo y luego deciden.
Este blog utiliza cookies de terceros. Si continúas navegando declaras estar de acuerdo. AceptoLeer más
Privacidad y política de cookies
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
Hola!! Un post muy completo y muy útil. Yo hice lo mismo, a grandes rasgos, con los dos. Primero informarme muchísimo, porque lanzarse a esto sin saber por qué ni como es peligroso (como muchas otras cosas). Luego me dí cuenta, como tú, de que el purismo no es lo mío, que yo en el día a día no podía ponerme radical porque necesitaba más flexibilidad y que si los fines de semana que viajábamos a ver a la familia le(s) dábamos triturados (no era plan de que en casa de otro nos pusiéramos a ponerlo todo perdido tantas veces al día) pues que no pasaría nada (si lo piensas detenidamente, ¿qué va a pasar????). Así entendí que lo que yo iba a hacer no era BLW, como bien dices, sino mi propia versión de alimentación autoregulada. A grandes rasgos, que iba a dejar que la niña (luego tb el niño) probara cosas enteras poco a poco en vez de darle papillas enormes de mil cosas juntas (aunque es verdad que, si comparas con los de su edad que comen triturados, tienes la sensación de que se va a morir de hambre y primero da miedito).
Te hablo de hace seis años, y ya sabes que esto de la crianza pasa de ser desconocido a ser moda en cero coma, así que por aquel entonces fue muy controvertido en casa, con la familia, y tampoco lo comenté prácticamente con nadie de mi entorno. Pero, de nuevo, el hecho de que esta fuera «nuestra manera de comer» y que fuera casi privado lo convirtió en una etapa muy especial. Es verdad que primero lo pasaba fatal y sufría un montón («no ha comido casi nada en dos días», «no hay manera de que pruebe tal cosa») pero tenía mucha fe en que aquello serviría para que a la larga los niños disfrutaran de los sabores y poco a poco vi como aprendía(n) a sostener mejor las cosas con las manos, luego con cubiertos, pinchar, hacer pinza con los dedos… cada pequeño avance (un gran avance y tres pasos hacia atrás, muchas veces) era increíble. Y la alegría con la que recibía(n) cada plato… después de haber visto tantos niños cerrar la boca y sufrir comiendo (como sufría yo de pequeña) me parecía lo más.
Claro que entonces yo trabajaba en casa y eso facilita las cosas, no sé si me habría atrevido a ceder la responsabilidad a abuelos o cuidadores. Seguramente no.
Y, por último, recuerdo aquella etapa como muy breve. Aprenden tan rápido que piensas que estarás toda la vida limpiando el suelo, la trona, la silla… y en realidad en poco tiempo dejan la bandeja vacía sin que caiga nada. O sea que las manchas al final no son excusa si uno quiere probarlo. Yo, junto con el porteo, es de las cosas que más he disfrutado de la etapa de bebés. 100% recomendable.
Por cierto, ahora comen de todo y bastante bien, aunque son mucho más selectivos que antes pero son dos niños que, como mínimo, lo prueban todo y luego deciden.
Un saludo!!
Ahora vamos a descubrir America.Eso es lo que ha hecho nuestras abuelas y madres (yo tengo 58 años ), toda la vida