A mis hijos no les gusta comer

Bebé comiendo con las manos

Malcomedor. Llevo dándole vueltas a ese adjetivo muchas semanas, desde que me planteé escribir este post. Malcomedor siempre me ha parecido una palabra fea, con un punto peyorativo, sobre todo en contraposición a lo que sería un buencomedor. Entiendo que es una denominación bastante literal de lo que entendemos todos por una persona que come mal pero ¿qué es comer mal? Y ¿cómo sería el buencomedor? ¿El que come mucho, el que come de todo, el que come sano? Supongo que es relativo.

Después de mucho pensarlo, creo que mis hijos no son maloscomedores. Simplemente son niños a los que no les gusta comer. Es similar a lo que contaba hace unos días sobre el sueño; que Bebé encuentra que dormir es una pérdida de tiempo. Pues en esto están de acuerdo los hermanos: comer no les interesa.

Algunas personas, entre las que me incluyo, creemos que comer es uno de los grandes placeres de la vida. A mi me apasiona la comida, la buena mesa, la cocina, los restaurantes, los supermercados, los mercados, los programas de cocina… A mi me pones un buen plato y se me saltan las lágrimas. Y siempre he sido así, he sido de esos niños que no tenían prisa por acabarse su plato para irse a jugar porque me molaba más comerme mi plato que cualquier otra cosa. He sido de esos niños que había que controlar un poco para que no zamparan más de la cuenta, de los que pocas veces han dicho que no a algo porque todo alimento me despertaba curiosidad.

Bueno, pues mis hijos no son así. Mis hijos pasan de comer ampliamente y no les interesa lo más mínimo lo que le pongas en el plato. Comer es un mero acto que hay que cumplir más o menos deprisa en función del hambre que se tenga en ese momento, que normalmente es entre poca y ninguna.

Ni siquiera poniendo sus platos favoritos tienes garantía de que se lo vayan a comer entero (y de verdad que pongo unas cantidades a veces ridículamente pequeñas). Ni siquiera si les das comida «poco recomendable», esa tampoco se la comen. No les gustan las chucherías, al pequeño no le gusta la pizza, odian el vaso de leche con Cola-Cao (¡jamás se han tomado ni un sorbo!), no les gustan las galletas (ni aunque vayan rebozadas en chocolate), no les gusta la bollería (ni casera ni industrial), no les gustan los zumos ni los batidos, si les pides un Happy Meal se lo tienes que estar dando porque lo único que les interesa es el regalito, lo mismo del Huevo Kinder, etc etc. ¿Dónde se han visto niños a los que no les gusta el jamón serrano o las croquetas? ¿Dónde se ha visto un niño que rechace un Phoskitos? Pues en mi casa.

Me ahorro la lista de alimentos que comen porque es tan escasa que no quiero que nadie ponga el grito en el cielo. Al Mayor si le dejáramos a su aire podría alimentarse exclusivamente de litros de agua, pan, sopa de pollo y yogur natural sin azucar. El pequeño solamente comería fuet, petit suisse de fresa, arroz, algún Bebedino de fresa y mucha teta.

Vamos a echarle humor al asunto: salen baratos. En mi casa donde cabían dos caben cuatro y si tuviéramos más hijos del estilo cabrían varios más sin notarse en la cesta de la compra.

Y como no les interesa la comida, ni qué decir tiene que el concepto plato favorito es algo totalmente inventado por su madre, no algo interiorizado por ellos. Por tanto, en el mismo momento en que yo crea que he atinado con un plato que les gusta y me disponga a repetirlo para que se alimenten al menos una día a la semana en abundancia, en ese preciso momento dejará de gustarles el plato y me dirán que me lo ponga por sombrero.

Por supuesto, nada de lo anterior es válido si comen con alguna abuela. Todos sabemos que en casa de los abuelos se come de todo y en cantidades industriales. Para que luego la madre pique, quiera repetir la jugada en casa, y así tener ocasión de hacerla tirar la comida a la basura porque nadie se la come.

Obviamente, cuando a tus hijos no les gusta comer te puedes olvidar de ir a cualquier sitio que implique alimentarse. Olvídate de entretenerles con unas patatas fritas, unas aceitunas o un cuscurro de pan. Olvídate que comer en algún restaurante en el que no te apañen en 10 minutos porque mientras tu intentes comer tus hijos querrán hacer cualquier otra cosa más interesante. A mi me ponían un plato de lo que fuera y me tenían entretenida una hora. Los míos probablemente no quieran ni sentarse.

Como decía antes, me lo tomo con humor. Aunque a mi me siga chiflando comer, entiendo que mis hijos pasan del tema y les respeto. No lo entiendo, no lo comparto, algunas veces me desespero, pero les respeto. Entiendo que es angustioso que intenten cebarte más allá de lo que tu cuerpo y tu mente te piden o darte alimentos que te producen repugnancia, así que no insisto.

Sí, tengo la secreta esperanza de que como tantos y tantos niños que seguramente habéis sido así, con el tiempo cambien. Yo he conocido unos cuantos. Muchos niños que no tenían interés alguno por la comida han terminado comiendo muy bien de adultos y disfrutando de la comida. ¿Por qué no?

Mientras tanto, he suprimido el factor disfrute-comida de nuestra ecuación familiar. Durante un tiempo me producía un poco de estrés porque yo quería que ellos disfrutaran como nosotros y en definitiva lo que estaba intentando era obligarles. Así que entendí que las cosas ahora mismo son como son y de vez en cuando intento darme un homenaje con mi marido, algún día que los astros se alinean y podemos escaparnos aprovechamos para comer algo rápido en algún sitio rico. O compramos algo especial en el súper y nos lo preparamos sólo para nosotros.

Que a tus hijos no les guste comer es un rollo. Pero, como tantas otras cosas, sólo podemos aceptarles tal como son y acompañarles para que vayan descubriendo la aventura de la vida; en este caso, el placer de comer bien.

Foto | Richard Leeming en Flickr CC

Mamá (contra) corriente

Este mi blog personal. Hace ya diez años que empecé a escribir sobre la increíble experiencia que la maternidad había supuesto en mi vida ¡y desde entonces aquí sigo!Soy autora del e-book "Cómo lograr un embarazo conociendo tu fertilidad", en el que reúno los conocimientos teóricos y prácticos que necesitas para entender tu ciclo menstrual, interpretar tus signos de fertilidad y utilizarlos para maximizar tus posibilidades de quedarte embarazada.Además de este blog que lees, soy co-editora de Comer con Gusto y autora de otros tres blogs: Pekeleke, mi web de literatura infantil, Miss Cosméticos, mi blog de belleza y Mochilas-Portabebés.es, sobre mochilas ergonómicas.

28 comentarios sobre “A mis hijos no les gusta comer

  • el 10/02/2015 a las 20:59
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    Ay como te entiendo!!!! Yo tengo una de cal y otra de arena. El pequeño se come una vaca sin depilar y el mayor sobrevive con patatas, sopa, «carrones», y curiosamente pescado. Pero es oír la palabra chicha y se esconde detrás del sofá como si se quisiera mimetizar con la cortina.
    No le gustan las chuches, el «cocholate», las croquetas y los huevos kinder… sacrilegio, un batido!!!!!!

    Poco a poco voy consiguiendo que coma más cosas, con paciencia, imaginación y comiendo lo mismo que el, por eso te entiendo en tu desesperación. No te puedo dar una receta mágica, tiempo quizá…. y respetarles, como tú dices esto es un proceso de aprendizaje.
    Un abrazo!

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    • el 12/02/2015 a las 18:37
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      A mi es que no me sirve de nada la imaginación, esos padres que dicen que poniendo los platos bonitos o inventando historias… pues no, en mi casa no cuela nada de eso 🙂 Un abrazo para ti también!

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  • el 10/02/2015 a las 20:59
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    Yo estoy en la situación opuesta, pero eso no significa que sea la situación ideal. Obviamente mola tener hijos tragones, pero a mi me van a arruinar con las cantidades que zampan estos dos. 😀
    Y no vayas a pensar que las que tenemos hijos que comen mucho podemos comer tranquilas. Yo hace años que no puedo sentarme , comer tranquila y levantarme al terminar. Las comidas están salpicadas de interrupciones para cortar, pelar, o calentar más comida para mis hijos. Y cuando parece que ya están satisfechos y que yo puedo comerme mi ración (fría por supuesto), entonces me roban mi comida del plato.
    No lo cuento para quejarme, sólo para que no tengas idealizados a los niños «buencomedores». 😉

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    • el 12/02/2015 a las 18:37
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      Pues es que a mi me pasa lo mismo, todo el rato pidiendo más agua, o servilletas, o tirando el vaso, o tirándole la comida a la perra… en fin, mis comidas son la mar de entretenidas!! 🙂

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  • el 10/02/2015 a las 21:47
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    Yo he sido exactamente igual que tus hijos. No probé una pizza hasta la adolescencia y las hamburguesas igual. No me gustaban las chucherias ni los huevos kinder, ni tartas, pasteles o bollería de ningún tipo. Por supuesto tampoco nada de chacina como el jamón o el chorizo ni ningún tipo de queso. Comía porque me obligaban pero no porque tuviera hambre. Mi madre estaba desesperada conmigo y me llevó a varios médicos y todos le decían lo mismo: la niña esta muy sana y cuando quiera comerá. ¡Y hay que verme ahora! No es que sea una persona comilona pero sí que me gusta casi de todo, me gusta comer bien y pruebo las cosas, que eso antes era impensable, así que te digo por experiencia propia que seguramente cuando sean más mayores tus hijos cambiaran y si no es así ¡pues mira que baratos salimos! Jajaja
    Ánimo y paciencia!!

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    • el 12/02/2015 a las 18:36
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      Gracias por compartirlo, yo creo que muchos niños habéis sido así, ¿por qué será? Muchas gracias por contarme tu experiencia.

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  • el 10/02/2015 a las 22:46
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    En estos días conocí a un niño que le premiaban con no comer. Todavía me cuesta entender que existan seres humanos que no disfruten la comida. Tiene que ser un poco desesperante, pero si tienes asumido que tus niños son así, pues ya está 😉

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    • el 12/02/2015 a las 18:36
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      Yo tampoco lo entiendo, ¡y menos que sean mis hijos! Pero es lo que hay 🙂

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  • el 10/02/2015 a las 22:56
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    Hola!
    Justamente hace un par de semanas publiqué yo un post sobre el tema porque andaba desesperadita con mi peque que no quiere probar bocado 🙁
    Últimamente lo llevo mejor aunque no sé si es porque va comiendo más o porque yo me lo tomo de otra manera… Si no quiere comer, qué le voy a hacer… Por mucho que me cueste entenderlo, será que no tiene hambre, ¿No?
    En fin. Yo también, como tú, sueño con que llegue el día que esto cambie y todos podamos disfrutar de una buena comida en familia.
    Besicos!

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    • el 12/02/2015 a las 18:36
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      Yo tengo claro que si no comen es que no tienen hambre. Porque de vez en cuando comen como si no hubieran comido en su vida, por algo será! jajaja Yo imagino que cambiarán la cuestión es ¿cuándo? Un gran abrazo.

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  • el 11/02/2015 a las 9:33
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    Justamente hace dos post que hablé de casi lo mismo. La mía tiene días buenos y muchos días malos, y NO y NO ME GUSTA, son lo que más se oye en mi casa. Me da una pena a veces que se pierda sabores tan ricos…Eso sí la muy cabrita para guarrerías (galletas y otros) siempre está dispuesta, jajaja, anda que no sabe nada….Imagínate que en mi casa el mueble de las golosinas está en alto y super escondido! En fin paciencia mamis, ya comeran… Un beso

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    • el 12/02/2015 a las 18:34
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      Jajaja Yo tuve que esconder los chupachups, ya ves tú qué cosa más tonta, pero es que los quería abrir todos y luego para nada, si ni se los terminaba! En fin, un abrazo y ánimo.

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  • el 11/02/2015 a las 10:45
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    ¿Hablas de tus hijos o de la mía??? Que duro es tener niños a los que no les gusta comer, aunque yo tambien intento llevarlo con humor, y pienso que de hambre no se van a morir si tienen comida a su disposición! Y menos mal que tenemos la teta… aunque muchos nos digan que si no come es porque le seguimos dando teta!
    A la mía no le interesa la comida, no es que no le guste, es que siempre tiene algo mejor que hacer! Da igual que me lo curre para ser original, todo ese tiempo es tiempo perdido, porque triunfan más unas salchichas de paquete!
    La patita por lo menos en el comedor de la escuela parece que come algo más, me imagino que viendo a otros niños actuará un poco por imitación.
    Yo también era «malacomedora» y ahora disfruto comiendo, lo que me gusta claro, así que espero que algún día la situación cambie!
    Animo!

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    • el 12/02/2015 a las 18:33
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      Es duro, es duro. Parece una tontería pero lo es! La verdad es que entre el no dormir, no comer y no entretenerse voy servida jajaja Un gran abrazo y gracias por compartirlo conmigo!

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  • el 11/02/2015 a las 10:50
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    Recuerdo una frase que me decía mi madre de (quizá-no-tan) pequeña: «mi obligación es alimentarte bien, y yo ya he cumplido con mi obligación, ahora tú verás».
    Es verdad, es que mientras hubiera un plato, aunque fuera con tres tristes garbanzos, era imposible que me desnutriera, ella poco podía hacer más, hacía lo que debía. Sólo que yo no sentía interés por aquello, era un puro trámite que tocaba hacer varias veces al día.

    Y lo que sí te puedo decir, aunque ya intuyo que no cometes ese error, es que no vale la pena convertir la hora de las comidas en una angustia para nadie, ni para niños ni para padres. Me he pasado tantísimas horas delante de la comida que me ponían delante… tantas lágrimas porque mis padres estaban ya nerviosos de que estuviera todo frío, de que dijera «no me gusta» de todo sin haberlo probado nunca… que no recuerdo apenas buenos momentos sentados a la mesa de pequeña. Incluso recuerdo nítidamente un domingo en el que se pusieron de acuerdo y estuve desde la hora de comer hasta la hora de cenar delante del mismo plato, y me lo acabaron medio embutiendo por la noche para cenar. Sí, ahora pensamos «qué barbaridad, qué malos padres, qué sinsentido», pero entonces nadie les supo aconsejar mejor y ya nos sentábamos todos nerviosos a la mesa de antemano (hasta que mi madre empezó a aplicar la frase del «yo-ya-he-cumplido» y supongo que todo mejoró).

    De hecho ahora mi madre me ha oído hablar del BLW y me ha visto aplicarlo y, aunque tenía sus dudas, me ha dicho muchas veces que si alguien le hubiera aconsejado no forzar, no reñir, no insistir, probar de nuevo otro día… quizá todo habría ido mejor. Y, ojo, en lo que estamos de acuerdo ambas es en que eso no quiere decir que hubiese comido más (o «mejor», sea lo que sea eso), pero al menos no habríamos llegado a extremos.

    Ahora como de todo, por cierto, y disfruto de cocinar, de los buenos platos y de probar cosas nuevas.

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    • el 12/02/2015 a las 18:33
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      Entiendo muy muy bien lo que cuentas melibea. Te agradezco muchísimo que lo hayas compartido conmigo, un gran abrazo.

      Respuesta
  • el 11/02/2015 a las 12:51
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    lo que se llegan a parecer tu hijo pequeño y el mio…..Al mio ( de dos años y medio) tampoco le gusta especialmente dormir. De hecho se sigue despertando cada noche puntualmente y pide venir a nuestra cama. Noches del tiron, tiron…las contamos los dedos de una mano. Y el tema comer…pues mas de lo mismo…el mio se alimentaria de nuggets, arroz, pasta de dinosaurios y chorizo. La bolleria no le gusta nada ( mejor), el chocolate tampoco, la fruta menos, las legumbres ni por asomo…y asi suma y sigue. Muuuuchaaaaa paciencia….infinita. Un dia se haran mayores y hasta esto echaremos de menos 😉 un abrazo!

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    • el 12/02/2015 a las 18:32
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      Ay Yolanda, yo de paciencia voy corta últimamente, pero no nos queda otra! 🙂 Un abrazo.

      Respuesta
  • el 11/02/2015 a las 15:29
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    Lo nuestro con la comida fue un poco odisea. Los gemelos se pasaron un verano entero sin abrir la boca. Pasada esa época no puedo decir que sean unos pequeños gourmets, pero comen. Eso sí, ni croquetas ni huevo ni fuet, mortadela, salchichón ni pizza… y una larga lista de cosas que sí comen el resto de los niños.
    La niña come menos cantidad que ellos, pero más variado.
    A mí, con lo que me gusta comer y cocinar, me aburre preparar siempre los mismos platos, pero creo que, pese a todo, no me puedo quejar.

    http://dbelulasypiriposas.blogspot.com.es/

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    • el 12/02/2015 a las 18:31
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      Y a mi, me aburre muchísimo, pero es que ya me cansé de cocinar para que nadie comiera! Un abrazo.

      Respuesta
  • el 11/02/2015 a las 17:27
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    ¡Cómo te agradezco que hables de este tema! Al menos con tu caso y los comentarios veo que mi niño no es tan «bicho raro». Y es que mi hijo tiene tres años y casi dos meses y aparte de pan, plátano, manzana, pera, galletas y chocolate (de esto último da igual que él prueba) no hay forma de que coma sólido, de manera que desayuna leche con cereales de los de bebé, y come y cena puré y otra vez papilla de cereales.

    A ver, que en cierta manera estoy tranquila porque realmente sano come, ya que en el puré van verduras y proteínas lo que queramos (carne o pescado, huevo…) y de chuches no quiere saber nada, patatas fritas alguna vez ha probado pero tampoco le hacen mucha gracia, pero del resto es que si llega a probar es con la punta de la lengua (y enseguida «esto no me gusta a mí»). Es un poco frustrante porque va pasando el tiempo y claro, si vas a algún sitio hay que llevarle el termo con su puré o el tarrito correspondiente (que afortunadamente sí come, menos mal…) y la gente te pregunta «y cómo haces si salís fuera?»… y me he llegado a plantear dejarle a comer en el comedor, pero claro, no quiere saber nada (y mi madre tampoco, por otra parte, al menos que coma, hija…). Supongo que como bien decís será una etapa y acabará por comer de todo, pero me pregunto si no será culpa mía por no haber intentado introducir antes los sólidos (lo que en su momento tuvo su justificación, pues trabajo y a mediodía le da de comer la abuela). Tengo tantas ganas como tú de poder salir a un restaurante y comer los tres lo que haya, o poner en práctica recetas que voy recopilando y verle disfrutar con la comida…

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    • el 12/02/2015 a las 18:31
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      Hola Laura, yo no sé si vamos a llegar a esa etapa, quizá para cuando les guste la comida ya sean tan grandes que sólo quieran salir con sus amigos jajaja Pero bueno, es lo que ha tocado, pues no hay que darle más vueltas. Un gran abrazo!!!

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  • el 12/02/2015 a las 10:52
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    Ay, qué difícil situación… cuando no les gusta comer es un auténtico suplicio. En mi caso, a mi niño le encanta comer y come muchísimo… a veces incluso me asusta.
    Pero también te digo que de un día para otro la cosa puede cambiar, mi ahijada también era una tragona y ahora no come nada. En fin… tendremos que lidiar con lo que nos toque

    Respuesta
    • el 12/02/2015 a las 18:30
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      Pues sí, es que cada uno es como es, y hay que aceptarlo!

      Respuesta
  • el 07/04/2015 a las 14:03
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    Voy a comentar porque me siento muy identificada con lo que has escrito… Bueno, más que yo, me parece oir (leer) a mis padres en tu texto.
    Yo he sido una niña muy «mala comedora», o «inapetente» como decía mi padre. Desde el anonimato puedo confesar que comí de pures y papillas hasta los seis años, y no porque tuviera ningún problema de salud sino simplemente porque… No lo sé, la verdad. No quería comer ni probar nada nuevo (lo único que comía masticado eran patatas fritas y galletas) y mis padres, los pobres, vieron que la única manera de alimentarme bien al 100% era haciéndolo todo papilla (y cuando digo todo digo todo, imagina una comida completa de estofado de lentejas y filete de ternera, todo en la batidora y hecho puré).
    Cuando empecé primaria ya vieron que llegaba a un punto de no retorno y se armaron de valor para hacerme comer «normal». Sé que es una chorrada pero han pasado casi veinte años y todavía (tanto mis padres como yo) recordamos con «trauma» el pase de pures > masticado. Fue una especie de terapia de choque (de un día para otro) pero al final funcionó. En ese momento yo (y me imagino que ellos más) lo pasé fatal pero mereció la pena.
    Pero no fue todo un camino de rosas a partir de ahí, ya «comía normal» pero seguía muy reacia a probar cosas nuevas y no me «gustaba nada»; no comí pizza hasta los 15-16 años (todos los cumpleaños de mi infancia los pasaba «en ayunas xD) y odiaba los típicos «bocadillos de colegio» (pan con chorizo, salchichón, mortadela…)

    A día de hoy estoy en plena veintena y reconozco que sigo sin disfrutar la comida; para mí comer es como respirar, lo hago porque si no me muero. Como le digo a mi marido algunas veces, si existieran pastillas que sustituyeran a las comidas realmente, me tomaría una píldora cuando tocase y santas pascuas. Es posible que tus hijos salgan también inapetentes, pero creo que lo estás haciendo bien; no se van a desnutrir y cuando crezcan empezarán a probar cosas nuevas por sí solos. Creo que lo más importante es no darle a la comida más importancia de la necesaria.

    Un saludo y lo siento por la longitud del texto!

    Respuesta
    • el 15/04/2015 a las 15:41
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      Te agradezco muchísimo que hayas compartido tu experiencia, de corazón. Un abrazo Paula.

      Respuesta
  • el 20/09/2016 a las 13:50
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    Pues yo estoy desquiciada???odio en momento d las comidas…..sin un horror….m superar….odio hasta cocinar

    Respuesta
  • el 24/10/2016 a las 14:11
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    Hola muy buenas, yo era una niña que comía de todo excepto el pescado. No me gusta el pescado por las raspas. Ya de adulta tolero más las raspas en mi boca pero cuando era niña me entraban arcadas, además de que no me gusta el sabor. Tengo mis pescados favoritos y otros que no tolero ni en pintura como el bacalao. Curiosamente me encanta el sushi. Tomo pescado del que me gusta y el que no no lo compro. de todas maneras no soy yo de comer mucho pescado. Mis padres han guerreado con el pescado, al final acababan comprando el que me gustaba para evitar peleas. Siempre me compraban gallo, y como se separan tan bien los lomos de las raspas yo le comía tan a gusto. Tengo otros alimentos que no me gustan como el aguacate y las alcachofas, pero por educación si estoy de invitada me lo como. Estoy preocupada por mi hijo, tiene 8 meses y a penas toma LM tiene interés pero lo que es comer poco. A ver como me sale.

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